Por qué no deberías publicar en redes sociales fotos del primer día de cole de tu hijo

El primer día de clase es un trajín de emociones. Nervios en la barriga, compartidos por mayores y pequeños; satisfacción, que alcanza al orgullo, al ver al retoño tan mayor, tan capaz, con su mochila, sus náuticos o castellanos o su chándal impoluto (nunca más ocurrirá a lo largo del curso escolar); la abrumadora nostalgia agarrada a la garganta -su diminuta imagen constata lo rápido que pasa el tiempo- y el miedo al qué pasará.

¿Se sumará al festival de llantos matinales a la puerta del colegio o la parada del bus? ¿Aguantará estoico? ¿Disfrutará desde el inicio el comienzo de una etapa que recordará con morriña con el paso de los años? La cámara de fotos aguarda, lista para inmortalizar semejante batiburrillo emocional y dejar constancia del comienzo de una nueva era en casa.

Ante tamaño aluvión de sensaciones encontradas, la tentación de compartir el momento con el mundo es considerable. A pesar de ello, los expertos recomiendan evitar subir a las redes sociales imágenes de los niños en su primer día de clase. Publicar fotografías de menores conlleva asumir ciertos riesgos que a menudo los progenitores minimizan.

Según la empresa de ciberseguridad McAfee, el 53% de los padres y tutores seguirán publicando el primer día de sus hijos en la escuela en las redes sociales aunque lleguen a sus oídos los consejos en contra.

La práctica de compartir fotografías o vídeos de sus hijos en internet tiene un nombre: 'sharenting'. Compartir alguna foto familiar suelta no implica caer en 'sharenting'. La cantidad y la constancia con la que se publica información sobre los menores marca la diferencia. La inocente instantánea del comienzo del curso escolar esconde, sin embargo, mucha información.

Basta mirarla para saber a qué colegio irá el pequeño, la ubicación en la que se encuentra, su nombre completo, su edad… Además, si los padres mantienen su perfil público, cualquiera puede acceder a las imágenes, incluso los pedófilos.

Según el informe EU KIds Online 2020, un 3% de las familias españolas aseguran compartir a diario imágenes de sus hijos en redes mientras que un 89%, casi 9 de cada 10, lo hacen al menos una vez al mes. Además, sólo un 24% de ellos les pregunta si están de acuerdo en que lo hagan, un dato muy bajo teniendo en cuenta que el 42% de los menores se avergüenza de los contenidos que comparten sus padres en la red. El 8% de los adultos también asegura haber lamentado hacer alguna publicación de sus hijos online.

- En el ojo de mira: la información que se ofrece en las redes sociales puede ser de mucha utilidad para un secuestrador. Conocerá los datos personales, los horarios, el colegio e incluso, los gustos de los menores-

- Identidad digital: cualquiera puede recopilar la información publicada y crear un perfil falso de alguno de los miembros de la familia. Estos perfiles suelen ser empleados para ganarse la confianza de otros menores o adultos con fines no muy lícitos.

- Groomers: Los 'groomers' son personas que crean un perfil falso en redes sociales para hacerse pasar por menores y conseguir contactar con otros niños, estableciendo una relación de igual a igual que puede derivar en chantajes o incluso abusos.

- 'Bullying': lo que hoy se considera gracioso quizás en unos años pierda la chispa y se convierta en motivo de burla por parte de sus compañeros de clase o conocidos.

Huella digital: Lo que se publique hoy puede tener consecuencias en el futuro porque la información no desaparecerá por si sola de la red.

Si a pesar de todos estos riesgos, los padres deciden compartir imágenes de su hijo –al fin y al cabo es su derecho- estas son las recomendaciones de los expertos:

Privacidad: los padres deben verificar y ver quién puede acceder a su información en las redes sociales y considerar limitar los accesos.

Pensar dos veces: hay que analiza el contenido que se comparte teniendo en cuenta, por un lado, los riesgos de la exposición y, por el otro, si la publicación que a usted le divierte podría hacer que su hijo se sienta avergonzado.

Permiso: si su hijo ha alcanzado la edad suficiente para comprender los riesgos de las redes sociales, es importante pedirle permiso antes de publicar en línea.

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