El trabajo de la mujer a debate
En la Universidad Laboral se comenzaba a hablar ya del lenguaje inclusivo y de un sistema que perpetuaba la desigualdad
Miércoles, 27 de septiembre 2023, 01:18
En la foto, tomada por nuestro reportero gráfico a la sazón, Vegafer, parecen salir dos; en la crónica, solo se nombró a una: María Luisa Jordana Fuentes, «jefe» (sic) del Servicio de Formación y Perfeccionamiento de Títulos Medios de la Escuela Nacional de Administración Pública. En cualquier caso, ni una fémina más formó parte de la mesa redonda sobre la Promoción Profesional de la Mujer que hace 50 años se llevó a cabo en la Universidad Laboral. Fue presidida por Vicente Toro Ortí, subsecretario del Ministerio de Trabajo, quien abogó por conseguir «de forma natural, sin enfrentar al hombre y a la mujer», la igualdad entre los sexos. Hablaba Toro, en una mesa con cinco hombres disertando frente a solo aquellas dos mujeres, y una sin nombre, de que el discurso sobre la incorporación de la mujer al trabajo estaba «sometido a fuertes presiones ideológicas». Incluso partiendo de esas mimbres se reconocía la existencia de una discriminación evidente, arraigada «en una mentalidad de corte tradicional muy generalizada».
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«En consecuencia, se impone (...) una fuerte acción de mentalización, así como la movilización de la capacidad de crítica para destruir ciertos círculos viciosos, que afectan incluso al lenguaje, para despojar el tema de sus condicionantes históricos y sociales y reducirlo, hasta donde sea posible, a su estado natural». ¿Hablaban aquellos hombres del último gobierno franquista de lenguaje inclusivo? Se confirma: hablaban. «Ya no se puede seguir hablando de ocupaciones femeninas, carreras femeninas, facultades o universidades femeninas. El saber y el trabajo no tienen sexo». Eso, para empezar. Más: «Ya no se puede hablar de 'trabajadores con especiales responsabilidades familiares', de ayudas 'a la mujer casada que trabaja'... El hogar, la familia, es un problema común para el hombre y la mujer, y, por tanto, los hogares y residencias de ancianos, los jardines de infancia y guarderías infantiles son servicios sociales y ayudas para la familia o para el hogar, y no solo para la mujer trabajadora». «Uno de los indicadores sociales del desarrollo es la presencia de la mujer en los puestos de ejecución». Fue solo un inicio... porque aún nos queda.
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