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Iván Noval, en Islandia, la heladería de la gijonesa calle San Antonio. CAROLINA SANTOS

«Se nota menos movimiento esta Semana Grande»

Iván Noval, al frente de la Heladería Islandia, afronta un «verano raro» en el que la gente guarda cola con tranquilidad

PABLO A. MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Jueves, 13 de agosto 2020, 02:05

Iván A. Noval lleva con buen ánimo un verano que califica de «raro como la situación que nos rodea» y con refrescante orgullo -nobleza obliga-, el de defender la tercera generación de su apellido al frente de un clásico de Gijón como es la Heladería Islandia. «No es prepotencia, pero somos un punto de visita obligado en la ciudad e incluso en las guías de cómo ser buen 'playu' en equis pasos figura la de haber comido aquí una de nuestras especialidades», afirma el propietario aludiendo a las populares creaciones de su recordado tío Pepu, el hombre que llevó el sabor de la fabada, el cabrales o la sidra a una bola helada sobre un cucurucho. «Mucha gente de fuera vienen preguntando por ellas y siguen sorprendiendo a quienes las descubren por vez primera», apunta señalando a una carta que ha ido incorporando nuevos gustos del paraíso natural como el arroz con leche o los oricios. «Cada año sacamos alguno: los últimos han sido de donuts, cerveza Guinness o negra asturiana de Tolibier's». El nombre de esta última sigue el espíritu divertido de la casa: 'Yekini', en recuerdo al delantero nigeriano del Sporting que ponía a tiro el inevitable chiste local.

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Mientras hace balance provisional de estos dos meses -«de ventas no nos podemos quejar, aunque todo es un poco más lento y en lo positivo este año la gente guarda cola con tranquilidad. Nuestro horario tampoco nos ha perjudicado como el de otros negocios»-, recuerda la historia que comenzó en los años 30 en Tuilla con un pequeño obrador de confitería y que dos décadas más tarde iría incorporando helados artesanales a su oferta para instalarse definitivamente en 1958 en el mismo lugar que ocupa hoy. El nombre del local fue idea de Peto El Cubano, tío del abuelo de Iván: «había viajado mucho y sugirió que Islandia podía ser muy apropiado para una heladería», relata el actual responsable. A finales de los ochenta llegaría la exitosa innovación de Pepu Noval: «Haciendo helado de fabada o sidra fue pionero de lo que luego sería normal en la restauración de autor y que hoy vemos en concursos como 'Masterchef'», apunta su sobrino. A buen recaudo, en «dos libretinas guardadas en una caja fuerte», afirma entre bromas y veras que se preservan las recetas secretas de estas y las posteriores especialidades que han ido elaborando desde entonces. «A veces modificamos algo porque los gustos evolucionan: la acidez del limón o la preferencia por sabores menos azucarados», explica.

Este verano «raro» de la pandemia, aunque el flujo de clientes continúe cada día a un ritmo similar al de otros años, Noval admite echar de menos y notar el tirón de los festejos de la Semana Grande: «A última hora de la tarde resulta obvio que no hay ese movimiento previo a los conciertos de la Plaza Mayor o el que luego sigue hacia Poniente. Tampoco hemos podido ir al Pueblu d'Asturies con la Feria de Muestras, donde solemos estar en el mercáu ecológico y artesanal. Todo eso y el cierre en Semana Santa van a pesar en las cuentas finales del año», asegura para recalcar que «ahora mismo no nos quejamos». El nombre elegido hace más de medio siglo por Peto El Cubano parece seguir siendo un buen reclamo para endulzar al fresco en plena temporada estival.

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