¿Conoces la historia de Olive Oatman, la chica del tatuaje azul?
De origen mormón, pasó su adolescencia con la tribu mohave y sus tatuajes serían el recuerdo de esta experiencia
Martes, 8 de mayo 2018, 09:38
Olive Oatman pasó a la historia por su apasionante biografía, en la que encontramos un tremendo episodio que duró doce meses: su secuestro por los indios Yavapai, en Arizona, que la golpeaban sin compasión, tratándola como a una esclava. Luego fue intercambiada por dos monturas, vegetales secos y unas mantas de yute y entregada a los indios Mohave, con los que convivió durante cuatro largos años.
Publicidad
Todo comenzó en 1850, cuando Olive tenía 13 años, dos largas trenzas y era la tercera de siete hermanos. Junto a su familia, emprendieron un largo viaje guiados por los designios divinos de su pastor, James C. Brewster, quien creía que el lugar sagrado para los mormones no se encontraba en Utah, sino en California, y convencido de ello, condujo a sus seguidores a través del desierto.
Al llegar a Santa Fe, casi un año después, la caravana se dividió. Algunos decidieron asentarse allí, otros continuaron hacia el norte, y los Oatman decidieron llegar hasta la desembocadura del Colorado.
Aquel tramo era peligroso y así fueron atacados por un grupo de nativos que alcanzó el carruaje. Los yavapais apalearon a los pioneros hasta la muerte. A todos salvo a dos: las hermanas Olive y Mary Ann, de 13 y 8 años, respectivamente.
Las hermanas pasarían un año en cautividad, tratando de sobrevivir a las extremas condiciones del desierto de Arizona. Los yavapais se alimentaban de carne de venado, ardillas o serpiente hervida, pero ellas debían conformarse con los brotes de yuca, raíces o tunas que encontraban. Cualquier queja era rápidamente reprendida.
Publicidad
Afortunadamente, la suerte de las niñas cambiaría cuando una tribu vecina, los mohave, famosos por sus temibles y llamativos tatuajes, apareció para hacer negocios con ellos. A los recién llegados les llamó la atención la presencia de las dos niñas blancas y, movidos por la compasión, pactaron un intercambio. Un par de caballos y mantas sirvieron para trasladar a las hermanas a su nuevo destino.
El mismo jefe mohave y su esposa adoptaron a las niñas blancas y decidieron pintar un tatuaje en la barbilla de Olive, unas líneas y flechas dibujadas con tinta azul. Ella pensó que aquella marca la identificaba como esclava, pero aquella señal era un símbolo de protección mohave para 'entrar en el valle de la muerte'.
Publicidad
Era, en realidad, una bendición. La mayoría de las mujeres mohave llevaban tatuajes en la barbilla. Además, los nativos se dirigían a las hermanas con la palabra 'ahwe', que significa 'extraño', no esclavo o cautivo.
Cinco años después, durante una fuerte sequía, la pequeña Mary-Ann murió de hambre. Los rumores sobre las mujeres blancas que vivían con los indios empezaron a extenderse.
Publicidad
Un día, un mesajero blanco llegó al campamento pidiendo el regreso de Olive a la civilización. Después de unas negociaciones, se acordó que la joven de 19 años fuera trasladada al fuerte Yuma. La chica lloró desconsoladamente al ser entregada al Ejército de Estados Unidos. Olive llegó vestida con ropas indígenas.
En 1857, Royal B. Stratton escribió el libro 'The Captivity of The Oatman Girls'. Se convirtió en un éxito de ventas y Olive en un amuleto comercial: la chica con el tatuaje en la cara hizo múltiples lecturas por Estados Unidos como forma de promoción, hasta que se casó con el ganadero John B. Fairchild.
Publicidad
A pesar de la fama y el estrés post traumático que es probable que sufriera después de la masacre de su familia, Olive llevó siempre consigo un tarro de avellanas que le recordaban su vida con los mohave. Murió en 1903, a los 65 años.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión