Coronavirus | «Salud tiene abandonados a los ancianos de las residencias privadas, es terrible»

«Salud tiene abandonados a los ancianos de las residencias privadas, es terrible». En estos términos se expresa el gerente de residencial Viella, José Emilio Fernández. En este equipamiento, que ha aumentado la plantilla de 32 a 44 trabajadores, residen 79 usuarios. Hasta ayer, precisa Fernández, cuatro residentes fallecieron por el COVID-19 y hay siete casos activos.

Fernández asegura que en este centro también hay trabajadores que dieron positivo. «Se empiezan a reincorporar esta semana pero el centro de salud ha indicado que no se pueden hacer pruebas porque son muy escasas y señalan que, si queremos hacer test, debe encargarse la empresa de prevención. Y la empresa no puede porque está todo confiscado», subraya. Sobre el material de protección, detalla: «Habíamos adquirido el día 21 marzo productos como desinfectante, mascarillas y guantes, pero nunca llegaron, porque el día 23 todo fue confiscado para destinarlo al Servicio de Salud del Principado». Tres días después, dio positivo el primer residente. «El tiempo que lo estuvimos tratando no teníamos EPI porque no nos los facilitaron hasta pasados cuatro días: dos para toda la semana, cuando necesitábamos cinco diarios. Por ello, mi encargada y yo decidimos atender a los afectados para no poner en riesgo al resto de la plantilla», expone.

Más adelante, el 7 de abril, «nos dieron 22 EPI y cuatro mascarillas quirúrgicas. Sin embargo, al día siguiente se llevaron a los positivos y la explicación que nos dio el Sespa fue que no disponíamos de enfermera en el centro. Lo que sucedió es que la profesional que teníamos contratada tuvo que acudir a la llamada del Sespa porque sino la sancionaban, relegándola en la bolsa», lamenta. Y prosigue: «Teníamos cinco positivos el pasado 8 de abril, uno de ellos ya había ingresado en el hospital y cuatro estaban en nuestro centro. El Sespa decidió llevarse a los otros cuatro pese a que intenté que no lo hicieran. Precisamente una de esas cuatro personas fue el primer residente que dio positivo, el 26 de marzo, todos estaban ya asintomáticos. Este usuario junto a otro estuvieron dentro de una ambulancia desde las 16 hasta las 20 horas , porque en la Clínica Asturias solo pudieron ingresar los otros dos», critica. Y su relato se endurece más aún: «Los trasladaron al Sanatorio Covadonga, donde el primer paciente positivo llegó en malas condiciones, con la saturación de oxígeno muy baja. Al día siguiente llamaron a su hijo para que se despidiera de él porque lo iban a sedar y finalmente falleció».