La 'Mareona' vale su peso en oro

La famosa «zona roja» determinada por las fuerzas del orden, localizada en la calle Cuchillería, se convirtió en un área de convivencia entre ambas aficiones. Por su angosta silueta, con bares y terrazas a derecha e izquierda, se escuchó «eso es lo guapo, uno del Sporting y una cuadrilla del Alavés tomando algo». Por si las moscas, estaba previsto que el autocar con los ultras rojiblancos fuera detenido en el peaje previo a la llegada a Vitoria, siendo escoltado por la Ertzaintza. Había informaciones que apuntaban a que los seguidores más radicales del Alavés, que ya protagonizaron incidentes en la visita de Las Palmas, podían estar a la espera.

Pero en la previa hubo normalidad. En la céntrica plaza Virgen Blanca, la 'Mareona' disfrutó de una agradable sesión vermú bañada por el sol. Jorge Guerrero se desplazó al frente de la Federación de Peñas Sportinguistas. También Unipes tuvo una amplia representación. Hubo decenas de peñas en el desplazamiento a Vitoria: La 1905, Los Escalones, El Cruce de Llanera, Nacho Cases, Sidrería Sporting, La Laguna, De Madrid al Cielo, Los Guajes, Langreo...

«Hay que puntuar como sea», deseaban los aficionados, entre ellos los periodistas Senén Morán y Pablo Requejo. Manolo Llana, de la peña Nacho Cases, mataba los nervios de las horas previas como podía. «A ver si el equipo sigue como contra el Eibar», cruzaba los dedos. Antes de que el balón comenzara a rodar, el autocar de su peña sufrió un pinchazo por un clavo traicionero.

El presidente David Guerra, representante institucional junto a Gerardo García y Joaquín, se encontró con todo el centro teñido de rojiblanco en su paseo antes de la comida institucional entre ambas directivas. De civil, alejado de los plenos, se presentó Jesús Martínez Salvador, concejal de Foro, que siempre tiene algún desplazamiento para animar a su Sporting apuntado en la agenda. Todos sufrieron y aplaudieron el esfuerzo del equipo, con la victoria perdida en ese palo.