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Un momento del partido entre el Huesca y el Sporting. LOF
Huesca 0 - 0 Sporting

El Sporting, cucharada a cucharada

Los gijoneses firman su cuarto empate consecutivo en El Alcoraz, en un partido atascado, que dominaron en la segunda parte

Javier Barrio

Gijón

Viernes, 25 de noviembre 2022

De un partido atascado, atrapado por el exceso de respeto y enfriado por la 'Invernalia' de Huesca, el Sporting, mejor que los locales, se llevó ... otro empate. Un punto es un punto, defendería Boskov, y más en un escenario de difícil pesca. Pero el Sporting lleva una buena ristra de empates. Cuatro seguidos. Toca ganar. Aunque vaya por delante que ayer dejó una mayor siembra en los decimales para el triunfo, con el Huesca limitado a un larguero y los golpes francos de Marc Mateu, y que los demonios del parte médico se volvieron a cebar. No hay semana tranquila.

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El once fue sorpresivo. Un virus gástrico sacudió a Pedro Díaz y a Queipo, descabalgados tras pasar una noche de perros. Y la decisión técnica, de otra naturaleza, apuntó atrás. Movió la portería. De Mariño, al estreno este año en la Liga de Cuéllar, titular. El partido salió ajedrecístico, áspero. Con el balón moviéndose con mucho recelo, discutido por las pizarras y el pie local de Marc Mateu. La principal expresión de El Alcoraz. Acostumbrado y cómodo ante un Sporting más alegre, menos trabado, Ziganda se topó con un planteamiento ordenado y que salía zumbando a la contra. Tuvo problemas para localizar pasto libre. Aunque la primera intentona fue del local Juan Carlos. El balón salió escopetado cerca del poste izquierdo de 'Pichu' Cuéllar.

Huesca

Andrés Fernández; Andrei, Blasco, Pulido, Florian Miguel; Soko (Escriche, m. 63), Kento, Cristian Salvador, Marc Mateu (Valentín, m. 79); Carlos Kevin (Joaquín, m. 63) y Juan Carlos (Carrillo, m. 79).

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Sporting

Cuéllar; Guille Rosas, Izquierdoz, Insua, Cote; Otero, Zarfino, Rivera, Aitor (Jordan, m. 80); Campuzano (Djuka, m. 66) y Cristo (Pedro, m. 66).

  • Árbitro Caparrós Hernández, del Comité Valenciano. Amonestó con amarilla a los locales Juan Carlos, Pulido, Valentín y Joaquín, y a Zarfino y Otero.

  • Incidencias 6 grados centígrados al inicio del encuentro, con césped en buen estado. Pulido y Cuéllar, capitanes. Sacó el Sporting. Una veintena de sportinguistas vieron el partido desde la grada. Alejandro Irarragorri estuvo en el palco.

Al Sporting, con la reforma completada con la vuelta de Guille Rosas y el retorno al once de Aitor, le tocó asomar chico, acuartelado por el balón parado del milimétrico Mateu. Una suerte de francotirador para su equipo. Andrés Fernández solo se tuvo que despeinar para atrapar un centro de Cristo en el arranque, con Cristian Salvador de rival. Aunque tampoco sudaron la gota gorda los gijoneses, enchironados a medias, observados desde la alturas por Alejandro Irarragorri y toda la cúpula del Grupo Orlegi. El camerunés Soko, velocista, midió y ganó en un par de ocasiones a Cote.

Cabezazo al larguero

El partido, democrático, se desnivelaba a balón parado. O en esas estampidas de Soko. Pero con la primera fórmula estampó el japonés Kento, pelotero interesante, un cabezazo en el larguero subido a la espalda de Cristo. El balón salió fuera. E inflamó un poco al Sporting, respondón, desplegándose al contragolpe y con El Alcoraz de morros con Caparrós Hernández. Aitor, falto de tacto en las finalizaciones, disparó la primera llegada tras una preciosidad de robo, control y pase de Cristo. No prosperó, yéndose el equipo de Abelardo a la caseta un poco más estirado. Aunque la satisfacción era relativa y contenida en unos y otros.

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El Huesca salió del intermedio con burbuja, invocando un penalti inexistente. Cuéllar relajó un poco el panorama tras un salto con Carlos Kevin. Enfriaron los de Ziganda en ese par de minutos de estiramientos. El Sporting reapareció en el otro campo. Siempre con Cristo de palanca. El que más intención tenía. Zarfino, que en teoría libraba ayer, hacía horas extras. Y Cote no andaba fino. Pero seguían empujando los rojiblancos, que indultaron al Huesca.

El partido demandaba a Djuka. Más energía arriba. Y Abelardo metió del tirón al delantero y a Pedro. Aunque en la modificación se ventiló a Cristo, de lo más potable, calzando a Zarfino al enganche. La renovación se completó con Jordan Carrillo. El partido se endureció y, salvo por un disparo a quemarropa de Rivera, el partido rodaría poco más.

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