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El central Izquierdoz despeja con contundencia un balón aéreo en el área del Sporting. ARNALDO GARCÍA

El Sporting aumenta su cartel

El equipo de Abelardo suma un punto de oro en Mendizorroza después de un gran partido y de estrellar un balón en el poste en la primera mitad

JAVIER BARRIO

VITORIA.

Domingo, 23 de octubre 2022, 01:36

Un punto de oro, mayúsculo, de los que hacen afición con más de 1.500 sportinguistas en la grada, se llevó ayer el Sporting ... de Abelardo de Mendizorroza. Embolsó el equipo por solvente, aplicado y peligroso. Tuteó al Alavés, invicto en casa, y hasta le llevó a sudar la gota gorda con un cabezazo al poste de Gragera. Un partido bonito, rocanrolero, de entrenador. 'El Pitu' suma y sigue, creciendo su proyecto y madurando como técnico, sin la propaganda del inicio del curso pasado. Lo de Granada resultó un doloroso accidente. Cuatro puntos en dos partidos, ante el Eibar y el Alavés, dan fe de ello.

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Este Sporting aumenta de talla, precintando el encuentro en 'Mendi' con una ocasión de Jony. La última potable de un partido al que le faltó la corona del gol y le sobró la quinta amarilla de Insua, descabalgado del esgrimista duelo del lunes ante el Levante en Valencia. Una baja de altura. Como el partido del Sporting.

Alavés

Severa; Arroyo, Abqar, Maras, Javi López (Tenaglia, m. 87); Benavides, Guridi, Toni Moya (Salva Sevilla, m. 67); Alkain (Rober, m. 67), Rioja y Miguel (Taichi, m. 72).

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Sporting

Mariño; Guille Rosas, Insua, Izquierdoz, Cote; Gragera, Rivera; Queipo (Jony, m. 73), Otero, Zarfino y Djuka (Cristo, m. 61).

  • Árbitro: Ávalos Barrera. Amonestó en el Alavés a Rioja, Benavides; y en el Sporting a Insua, Queipo, River.

  • Incidencias: partido disputado en Mendizorroza ante 16.462 espectadores.

Cristo por Djuka

En un ambiente precioso, norteño y febril, atronador por los tambores de guerra de uno de los fondos de Mendizorroza, el Sporting metió la cabeza en un partido duro de pelar con un derechazo de Djuka. El balón se estampó en el lateral de la red y anunció a la compañía de Abelardo. El partido amanecía desbocado, con garbo por parte y parte. Luis Rioja, líder, se manifestó en dos remates. Sin tacto. Guridi movía el cotarro en el Alavés. Un rival armado hasta los dientes, con la mala uva técnica de Luis García y peloteros de postín para Segunda. Y con el favor de una bombonera. Pero los 1.500 sportinguistas que gritaron presente se destrozaron las manos. Su equipo lo agradeció tuteando al Alavés.

Pasó algo de tiempo de plebeyo el equipo de Abelardo, aplaudido en Vitoria, su segunda casa. Faenaba en su cuadrícula. Aplicado y apretado en el bloque bajo, remangado de pies a cabeza. Con Gragera y Rivera agarrando el escobón. Pero cuando el equipo salía de excursión hacia la finca de Sivera, lo hacía con alta cilindrada. También poca finura. Guille Rosas puso en órbita a Otero con un pase largo. En velocidad, el colombiano se fugó de Javi López, su carcelero. Pero el remate salió volando a la grada. 'El Pitu' presentó batalla táctica a Luis García. La estadística se igualó en casi todo. El Alavés, imbatido en su campo, no pudo mirar por encima del hombro a un Sporting bravo. El roce de Djuka con Abqar abrasaba, sobre todo cuando Ávalos Barrera no andaba de patrulla.

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Académico, jabato, el once rojiblanco empezó a empujar al Alavés con ratos de muy buen fútbol y su par de notables centrales de chaleco antibalas. El controlado guión se fracturó en un puñado de segundos de tiroteo. No hubo dañados, pero sí dos 'uys' de aúpa. Gragera se relamió con el gol en otra estrategia nacida en la probeta. El poste izquierdo de Sivera saboteó la gloria del mediocentro cuando había dejado tieso a Benavidez y cabeceado en línea de fuego. La réplica del Alavés se propagó como el fuego valyrio. El balón salió salpicado con verticalidad y Luis Rioja, individualista, no cantó bingo por un tris. Su pelotazo salió zumbando a la izquierda de Mariño. Democracia futbolística. Mendizorroza se fue vinagre al intermedio por una invención de mano de Otero. El colombiano se quedó sin aire por un pelotazo en el estómago.

El guión de la trama regresó igual de equilibrado y apretado de la caseta. Queipo probó fortuna con un disparo desenfocado y Alkain le respondió, vigilado por un Sporting que siempre daba la hora en defensa. Otero se escurrió en un contragolpe, cuerpeando, pero no hubo chivatazo del VAR por la carga del marroquí Abqar. El partido siempre fue por una resolución de decimales. El Sporting, que perdió a Insua para la causa de la próxima jornada en Valencia, no cedía ni un palmo, sólido, solidario y fiable en casi todo su curro. Faltaba el estoque, sin lograr enganchar con Djuka, de batalla con los dos centrales, con Zarfino de correcaminos. El '23' se fue a la ducha por Cristo. Desatascador ante el Eibar, una guindilla para el partido. Las largas piernas de Rivera, creciente en cada jornada, llegaban a todo. Gragera, administraba. Igual de aplicado.

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El Sporting no perdió la compostura en ningún momento y Luis García ya andaba con la mosca detrás de la oreja. Lanzó al ruedo al veterano Salva Sevilla, un seguro con escuadra y cartabón para patear estrategias, y a Róber González, prestado por el Betis. También a Taichi, una pértiga de 1,91 metros para embestir por altura. Y Abelardo reclutó a Jony, ídolo en Vitoria, para correr el último cuarto de hora. Otro paso más hacia su recuperación total. Con Sevilla pilotando, el Alavés estiró más el pescuezo en el partido, pero su ataque estaba enchironado por un intachable Sporting, dirigido por sus dos superlativos pivotes, perfectamente engrasados. Como el cuarteto que tocaba en la trastienda. Las estrategias del veterano mediocentro se estrellaron en el frontón, respondidas con dos ocasiones pintadas de Zarfino y Jony, con el Alavés firmando el punto.

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