Sporting | Salto de altura en Gran Canaria

En la primera sobrecarga en la agenda del Sporting, con dos partidos separados por apenas tres días, los rojiblancos tratarán de recuperar el pulso entre los grandes candidatos de Segunda. Almería, Cádiz, Zaragoza y compañía han salido como tiros. Nadie espera. Y por temprano que parezca, aunque en un análisis reposado y global las sensaciones que emite el proyecto de José Alberto sean potables, se necesitan resultados para ganar crédito y evitar la épica antes de tiempo. El primero de la serie discurrirá esta noche en el Estadio Gran Canaria (22 horas peninsulares), hogar de Las Palmas de Pepe Mel, oponente que acudirá al careo repleto de cicatrices y sin sus delanteros más ilustres, aunque tiene buena materia prima.

Alcanza la sexta jornada el Sporting con discusión, indefinido, con buenos ratos de fútbol, otros que no lo son tanto y 'accidentes'. Demasiados. Un fin de semana sí y otro también. Las tres expulsiones, un penalti inoportuno que dio aire a un Deportivo moribundo... El VAR es una dura realidad con la que se está dando cabezazos este Sporting, desafortunado, sí, pero también extremadamente novato en algunos aspectos. La ley de la tecnología exige una adaptación rápida y sin excusas por mucho que el videoarbitraje tenga letra pequeña en esta categoría, con un nivel de calidad inferior a la Primera División. También el Sporting necesita más oficio y colmillo para enterrar a sus rivales y defender sus ventajas con un mejor control de las situaciones. No lo hizo el domingo y un Deportivo inferior aprovechó el cuarto 'accidente'.

Con terapia de choque el martes, en una breve reunión que mantuvo José Alberto con su compañía antes de partir hacia Gran Canaria, el Sporting quiere dejar de ser esta noche ese 'pupas' de la categoría, completando una faena redonda. Y lo necesita porque las victorias, salvo por la que amarró ante el Albacete en El Molinón, escasean en este tramo incipiente de la temporada. La jornada, pegada a otra contra el Racing en Gijón el domingo, es estratégica e ideal para levantar la mano y llamar la atención. Lo que no está tan claro es el cómo, con José Alberto recluido en la sesión definitiva de ayer en las instalaciones canarias de Barranco Seco.

En Mareo, en el último día, el técnico deslizó la posibilidad de seguir empujando con Djurdjevic y Álvaro Vázquez en ataque, abierto a otras posibles modificaciones, como la vuelta de Molinero al lateral derecho y de Aitor García a la banda. Aunque su fútbol peca demasiado de descontrolado, el Sporting echó mucho de menos la punta de velocidad del onubense el pasado domingo. Esta noche podría volver a estar al servicio de los dos puntas. Por otra parte, en las últimas semanas y de forma esporádica, el técnico ha trabajado también en algún ensayo con un sistema con un mediapunta. Resistiéndose todavía José Alberto a situar a Manu García como '10', Pablo Pérez ocuparía esa demarcación si se confirma la variación.

José Alberto cavila estas semanas la fórmula para que su equipo se estire más en ataque sin perder el orden defensivo. Le cuesta al Sporting engrasar su ofensiva y dar las luces largas a los porteros rivales, lo que se traduce en un registro de goles mediano, impropio de un candidato. Al mismo tiempo, ese déficit goleador ha provocado que, aunque el equipo ha conseguido adelantarse a cuatro equipos en cinco jornadas, ha terminado cediendo puntos en las segundas mitades de los partidos.

Las dudas con las que Pepe Mel afronta la cita de esta noche son de otro calado. Confirmada la baja de Rubén Castro, su máximo goleador, pendiente de decidir si su lesión muscular se remediará con cirugía, el técnico madrileño deberá improvisar en el ataque. Con el proyecto en descenso, el problema se agranda con la situación del argentino Sergio Araujo, en fuera de juego hasta finales de año. Hasta el último momento tampoco se conocerá si Mel dispone del talentoso Jonathan Viera, casi recuperado de una lesión. El visto bueno tiene que darlo el Beijing Guoan chino, su club de propiedad, quien hasta ahora se ha mostrado reacio a forzar su vuelta. Con tan pocas certezas, Las Palmas se agarra a la irrupción del jovencísimo Pedri o del explosivo Drolé. Descaro sin freno.