Aliados tecnológicos e innovadores para crecer y ganar voz
Bioasturias. Comienza a andar la Asociación de Bioempresas de Asturias, que busca fomentar la investigación, la gestión del conocimiento y la colaboración en el sector de ciencias de la vida
A finales de 2021, sin que la intensidad de la pandemia lograse reducirse, un grupo de representantes de pymes de la región se reunieron en La Pipa, el rincón innovador gijonés que combina conocimiento y tecnología para generar impacto y crear valor. La cita buscaba analizar el futuro de la biotecnología en Asturias y de aquellas inquietudes, necesidades y retos compartidos surgió el germen de lo que hoy es Bioasturias. Oficialmente presentada en octubre, la Asociación de Bioempresas de Asturias comienza su andadura efectiva este mes con sede en El Camaleón de Rubik, en Oviedo.
Publicidad
«Vimos que teníamos muchas cosas en común. Éramos pequeñas pymes innovadoras, con base tecnológica, con una regulatoria exigente para poner nuestros productos y servicios en el mercado y con escasa o nula capacidad de interlocución y visibilización del sector», explica el presidente, Pablo Fanjul, director de Investigación y Desarrollo en Metrohm DropSens. Ese 'core' común fue la semilla de la que brotó una entidad que agrupa ya a 24 pymes innovadoras, biotecnológicas o biosanitarias, que no tienen relación con el ámbito asistencial. Un perfil que han de cumplir también todas aquellas fundaciones, organizaciones o entidades públicas o privadas del sector de las ciencias de la vida y tecnología que quieran convertirse en socias de pleno derecho de Bioasturias.
-
Integrantes La Asociación de Bioempresas del Principado de Asturias (Bioasturias) está integrada por 24 pymes biotecnológicas o biosanitarias no asistenciales.
-
Junta directiva Presidente, Pablo Fanjul; vicepresidentas, Henar Muñoz y Lidia María Goyos Ball (Nanoker Research); tesorero, Fidel Delgado (Neoalgae); y secretario, Ricardo Llavona.
No es, sin embargo, la única posibilidad de trabajar coordinadamente con la asociación. Sus estatutos establecen otras dos figuras: la de socios adheridos y la de colaboradores. En el primer caso, hablan de entidades públicas o privadas que actúan en esa área de la biotecnología-biosanidad, pero que no son propiamente empresas, como pueden ser los casos de la Finba o la Universidad de Oviedo, de la que salieron muchos de estos proyectos. Las colaboraciones están reservadas para otras entidades sin actividad en ese ámbito, pero cuya vinculación pueda aportar valor mutuo.
En Bioasturias los objetivos los tienen bien claros: hacer florecer al sector para posicionarlo a nivel nacional e internacional y establecer sinergias entre los socios para lograr aumentar el negocio. «Queremos que nuestras empresas se desarrollen, tengan mayores ingresos y facturación. Hacerlas crecer», apunta Fanjul. Los actuales componentes de la asociación son perfiles empresariales que comprenden desde equipos de trabajo compuestos por tres personas hasta pymes que se aproximan a las 70. Y con otro rasgo definitorio común: la mayor parte de su personal son profesionales de alta cualificación (biólogos, químicos, ingenieros informáticos, biotecnólogos...). Este se convierte, de hecho, en uno de sus grandes hándicaps dentro de un sector altamente competitivo. No se trata únicamente de detectar esos perfiles, sino de retenerlos. «Necesitamos gente con cualificación y cierto recorrido, y es difícil. Sobre todo lograr que se queden». Aquí entran en juego los salarios.
-Si el problema son los salarios, cabría preguntaros: ¿pagáis bien?
-Si queremos retener a la gente, tenemos que pagar bien. Y lo hacemos. Pero los salarios en esta región son bajos para lograr que se queden. Tienen que ser sueldos competitivos acordes con la propia competitividad del sector.
Publicidad
Inversión
Llegamos así a otro de los puntos claves para la supervivencia y el avance de estas empresas: el de la financiación. «Los proyectos que desarrollamos son de largo recorrido y necesitamos partidas a largo plazo. Hay sectores cuyo periodo de maduración es más corto y ponen sus productos y servicios en el mercado a uno o dos años vista. En el ámbito biotecnológico trabajas a 3, 5 o 10 años vista». Y esto está intrínsecamente relacionado con la anterior problemática. «Si la financiación llegara de manera más recurrente, podríamos retener talento».
Otro gran condicionante de su trabajo es el marco regulatorio. «Existen numerosas trabas para este tipo de productos. El mundo sanitario es muy complejo y la regulación, brutal. Necesitamos tenerla bien mascada y esta es una forma de buscar 'partners' que nos puedan ayudar».
Publicidad
Claudio Hidalgo, CEO y cofundador de Microviable Therapeutics, pone sobre la mesa una última problemática, que secundan sus compañeros: las infraestructuras. «Todos nacimos como proyectos pequeños y se busca un crecimiento contenido. Pero hoy por hoy no existe una fase intermedia. De pequeños sitios hay que pasar a infraestructuras grandes. Nuestra financiación inicial está orientada a equipamientos y ensayos clínicos, no la podemos derivar a comprar locales». Se decantan, por tanto, por alquileres que para su sector son, confiesan, difíciles de encontrar. Los hay, afirman, pero para fases incipientes. En las de crecimiento, ya empiezan los problemas.
-¿Y qué me decís del proyecto de polo biosanitario de La Vega? ¿Podría ser una solución?
-Somos escépticos. Llevamos mucho tiempo escuchando hablar de él y no sabemos cómo acabará.
Urgen, por tanto, espacios para poder seguir creciendo. Para asentar a sus equipos. Para evitar que otras regiones vengan a llevarse el talento asturiano con ofertas y expectativas que están seguros de que se pueden lograr en Asturias.
Publicidad
Como asociación lucharán por ello. Por tener voz y fuerza, por ser escuchados. Por fomentar el desarrollo tecnológico, la innovación, la colaboración, la competitividad del sector, y, sobre todo, por posicionar a Asturias en el lugar que le corresponde.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión