Digitalizar las empresas sin perder «el trato y la cercanía»
Futuver cumple 25 años. Llega a las bodas de plata como un referente en su ámbito tras modernizar organizaciones dentro y fuera de España
Si hay una palabra que define a Futuver es digitalización. Desde 1997, cuando abrió su primera sede en el Centro de Empresas de Gijón ... , tenía clara una vocación internacional que la ha llevado a convertirse en referente, en este ámbito, dentro y fuera de nuestro país. Ahora, 25 años después, se han «ganado la confianza de más de 1.000 clientes en seis países» apunta su presidente, Antonio Otero, y han pasado de ser tres trabajadores a contar con más de 70 directos. Profesionales «que fueron desarrollando todos los productos y metodologías que tenemos» y que han ayudado a crear «una familia en Futuver».
Su «adaptación constante a los requerimientos del mercado» ha convertido a esta firma en líder en materia de digitalización, cuyas especialidades son la tramitación electrónica de expedientes y la modernización de empresas e instituciones. La clave para cumplir este cuarto de siglo es «ilusión y pasión por lo que hacemos, unido a aplicar valores como el compromiso y la profesionalidad, proporcionando confianza», señala Otero. Una adaptación básica en un sector como el de las tecnologías de la información (TIC) que experimenta «grandes transformaciones». En su opinión, «quizás sea de los de más crecimiento». Cómo ejemplo de la relevancia que ha adquirido, «hace 25 años los buenos informáticos sabían de gestión y actualmente los buenos gestores saben de informática».
Esta empresa asturiana dio sus primeros pasos con productos como la gestión de los registros de la propiedad, una herramienta de gestión de procesos y proyectos, y mucha consultoría de comercio exterior, lo que le abrió las puertas a Latinoamérica. En Futuver han sido «pioneros en el desarrollo de plataformas de 'software' basadas en la seguridad jurídica», destaca su presidente, al tiempo que puntualiza que los éxitos conseguidos hasta ahora manifiestan que «detrás de la tecnología solo las personas dan sentido al trabajo, por eso cuando hablamos de crecimiento no solo podemos hacerlo en términos económicos».
Proyectos ambiciosos
A lo largo de su historia, Futuver ha puesto en marcha grandes proyectos. Uno de los más relevantes fue la transformación digital del registro de la Ciudad de México, que cuenta con 22 millones de habitantes, lo que ofrece una idea del tamaño del mismo. También más allá de nuestras fronteras, para el Ministerio de Desarrollo Social de Panamá, la plantilla de la empresa asturiana diseñó el primer registro electrónico de beneficiarios para los programas de ayuda social, convirtiendo al país en pionero en realizar sus gestiones a través de una plataforma 100% 'online'.
En España, dos de los últimos efectuados son «la 'Universidad digital' e 'Hipotecas y embargos electrónicos'», destaca Otero, que añade que sus proyectos siempre se han caracterizado por tener una visión integral, «situando a las personas en el centro de la transformación digital, teniendo en cuenta los procesos, las leyes y reglamentos con el desarrollo de una verdadera gestión del cambio».
A corto o medio plazo, la firma pretende «ser la boutique tecnológica de la transformación digital» con la realización de proyectos como «la transformación digital de universidades, la gestión bancaria electrónica con seguridad jurídica, un innovador programa de terapia organizacional y con la transformación digital ágil». En definitiva, en palabras de su presidente, Futuver aspira a «ser un referente en digitalización con seguridad jurídica».
Internacionalización
Futuver es una empresa puntera a nivel nacional e internacional. Comenzó con una sede en Gijón y hoy cuenta, además, con cinco «oficinas y equipos de trabajo en México, Panamá y Ecuador» y otra en Madrid. Desde su puesta en marcha, sus responsables tuvieron clara su «vocación internacional», pero hasta que no fueron «un referente en España en la gestión de los registros de la propiedad» no se embarcaron en la aventura, de la que se sienten «muy orgullosos y afortunados», de dar el salto a México, relata Otero. «La internacionalización ha supuesto para nosotros un crecimiento en conocimiento, perfeccionamiento de herramientas, facturación y la inversión en mejora de productos».
La compañía tiene «algunas oportunidades en otros países» para continuar su expansión. Proyectos para los que la experiencia del teletrabajo puede ser realmente beneficiosa, ya que cuentan con «acometer la mayor parte de ellos de forma remota». La internacionalización conlleva conocer la cultura de cada país, que «condiciona mucho la forma de trabajar», pero hoy en día «el talento no tiene fronteras y mucho menos en el sector TIC».
Lamenta que «se están invirtiendo mucho tiempo y recursos en fomentar el emprendimiento y cuando se empiezan a consolidar se ponen muchas barreras». «Se debería valorar la creación de una ley o procedimiento que facilitase el acceso de las pymes a los concursos», propone.
Para algunas empresas y administraciones «no aplicar la transformación digital puede suponer un riesgo de permanencia», pero también puede suceder lo contrario. La digitalización «debe ser un medio no un fin en sí mismo», afirma. Es importante que no pierda de vista a la persona, es decir, su «trato, cercanía y flexibilidad», porque puede diluirse «el contexto real» de las transacciones. Actualmente, «el 90% de ellas, en general negocios jurídicos, no son conflictivas» y teme que al digitalizarlas aumente «un pequeño porcentaje porque falta el contexto real y no hay seguridad jurídica; el coste puede ser muy alto», concluye.
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