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Rubén Cabanillas, delante de la sede del IMOMA, en Oviedo. MARIO ROJAS

Rubén Cabanillas: «La Inteligencia Artificial ayudará a abaratar costes y democratizar la genómica»

Rubén Cabanillas Director médico del IMOMA ·

«La oncología es uno de los mayores retos de la medicina de precisión, porque es una de las áreas donde es más complejo de aplicar»

Domingo, 8 de diciembre 2019, 12:55

Transmite tranquilidad y habla desde la perspectiva real que da el trabajo y contacto diario con personas con problemas de salud, propios o en la familia. Rubén Cabanillas (Oviedo, 1977) es el director médico del Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (IMOMA) y está especializado en Medicina Personalizada de Precisión, además de en otorrinolaringología.

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-¿Qué significa hablar de innovación cuando se aplica a la salud?

-Toda la revolución de la medicina de precisión está basada en desarrollos tecnológicos que vienen de campos absolutamente complementarios a la medicina como la física, la informática, o la ingeniería. Es decir, no hay una innovación en ciencias de la salud y otra tecnológica. La medicina es superdependiente de la tecnología. Y por supuesto hay innovación en el área de la salud, que es la que te permite generar conocimiento y desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Nosotros tenemos una línea asistencial, de ofrecer servicios validados científicamente y consolidados, y una de innovación y desarrollo, gracias al mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Una financiación a fondo perdido que nos permite desde desarrollar conocimientos básicos a generar otros que se han trasladado a herramientas de diagnóstico genético.

-Habla de una medicina superdependiente de la tecnología. ¿Hay también en la sanidad ese miedo a que las máquinas sustituyan a las personas?

-Eso es impredecible. Toda la información que genera un ser humano es inmanejable por otro ser humano y necesitamos herramientas de apoyo informático. Esto cada vez es más complejo, los sistemas convencionales se ven superados y es donde empieza la Inteligencia Artificial (IA). Hoy por hoy en la práctica clínica no la utilizamos, pero será una herramienta importante. ¿Va a poder sustituir a un humano? Es impredecible. A corto y medio plazo, por supuesto que no.

-¿Cómo encaja ahora la IA en la medicina?

-Como complemento al médico. Tú tienes una tecnología que permite interpretar un escáner basada en IA, pero hoy día es un complemento al radiólogo para que te dé un diagnóstico. Si el objetivo final es mantenernos sanos, necesitamos actuar antes para prevenir la enfermedad, y para poder ayudar a los pacientes. Necesitamos la IA, pero es aún muy dependiente de la persona.Para poder acortar plazos tenemos que hacer preguntas concretas al genoma, y no es lo mismo hacerlo en clave investigación, que con un paciente delante. Creemos firmemente que habrá herramientas informáticas donde la IA, que no es la panacea que se vende hoy en día, ayudará democratizar la genómica, abaratar costes y poder hacer preguntas más amplias.

-E implicará un cambio en la formación sanitaria.

-Esa necesidad ya está aquí. La inmensa mayoría del conocimiento que nosotros aplicamos hoy lo hemos tenido que adquirir fuera del sistema, porque éste no está diseñado para integrar todos estos avances que se suceden a una velocidad muy rápida y que obligarán a cambiar los modelos educativos.

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-También significará la aparición de nuevos perfiles ¿no?

-El problema es que esto es un abordaje multidisciplinar. No hay posibilidad de que un individuo pueda controlar todo esto. Se necesitan médicos con formación específica, especialistas en asesoramiento genético, informáticos, analistas de datos, e incluso profesionales y carreras que se están creando. Un genetista se ha entrenado gen a gen. Un gen, una enfermedad, un síndrome, un paciente. Pero, de repente, se ve desbordado por un paciente, 400 genes. Eso lleva a una forma diferente de pensar, abordar y gestionar. Por eso, una de nuestras grandes inversiones es en formación. En el IMOMA somos 29 personas que conformamos una torre de babel de especialidades.

-Vayamos a personalización de la medicina. ¿Estamos cada vez más cerca de encontrar tratamientos personalizados para cada tipo de tumor?

-La oncología es uno de los mayores retos de la medicina de precisión, porque es una de las áreas donde es más complejo de aplicar. Dicho eso, también hay que decir que ya hay tratamientos personalizados, diseñados contra una diana molecular. Desde el año pasado hay aprobados tratamientos que ya no son para un tumor, sino para una diana molecular, lo tenga un adulto o un niño, sea un sarcoma o un carcinoma de colon. Si tiene la alteración molecular, el tratamiento está indicado. Y eso como concepto es una revolución. Y va a crecer. Ensayos clínicos dirigidos para dianas moleculares hay miles abiertos a nivel mundial ahora mismo. Y eso sí es el futuro.

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-Un futuro que ya es presente, por lo que dice.

-Lo que realmente es futuro es la expansión de todo esto. El diagnóstico genético de enfermedades poco frecuentes o que sabíamos que tenían una base hereditaria, pero somos incapaces de dar con ello, ha pasado de tener poca rentabilidad diagnóstica a, con estas nuevas herramientas moleculares, diagnosticar en torno al 50% de los pacientes que no tenían diagnóstico. La terapia génica es una realidad. Ya no es ciencia ficción. Pero no para todo. Ahora mismo se está aplicando sobre todo para terapias oculares y trastornos hematológicos, pero por cuestiones de que técnicamente es más sencillo. Es fácil acceder a las células madre en la sangre o acceder al ojo, pero esa tecnología es la que se puede ir extendiendo a otras enfermedades que afecten a otros órganos.

Prevenir

-¿Qué tratamientos están despuntando y pueden suponer un incremento de la supervivencia de los pacientes oncológicos?

-En oncología, los grandes avances han sido, por un lado, en la parte de radioterapia, la reducción de la toxicidad y los efectos secundarios. Poder hacer tratamientos radicales sobre el tumor minimizando esa toxicidad. Y esas evoluciones son tecnológicas, de la ingeniería y robótica. El otro gran avance es la capacidad de prevenir, identificar, que nunca se llegue a diagnosticar la enfermedad o si se desarrolla que lo diagnostiques precozmente. Se trata de conocer tanto como sea posible la biología molecular de ese tumor, profundizar a nivel molecular con el test apropiado para cada caso e intentar obtener información que permita adaptar el tratamiento a las características moleculares del tumor, con los fármacos dirigidos o con terapias convencionales adaptadas al individuo.

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-Eso nos devuelve a la personalización de la medicina.

-Es que, al fin y al cabo, no hay dos tumores iguales. Lo que tenemos enfrente, superinteresante, es utilizar el sistema inmune para el tratamiento del cáncer, la inmunoterapia, un concepto muy amplio que abarca muchas modalidades del tratamiento.

-¿Y es la inmunoterapia la nueva revolución en el tratamiento del cáncer?

-Es una de ellas. Le están dando mucha importancia, que no quiere decir que no la tenga. Pero por determinadas razones nos estamos focalizando mucho en eso. E, insisto, es maravilloso, porque hay pacientes a los que ayuda muchísimo, pero aún tenemos mucho que aprende por ahí. Es una vía que hay que seguir explorando y que ayudará aún a más pacientes. Pero hay otras. Yo ya no voy a tener un cáncer de colon, voy a tener un cáncer de colon con una alteración concreta, y luego habrá ensayos clínicos para pacientes con mutaciones en eso concreto. Lo importante es profundizar tanto como se pueda. Nuestra filosofía es: pon sobre la mesa tanta información como puedas. Tú no curas un paciente por hacerle un estudio genético. Ni por encontrar una bala milagrosa. Tú lo curas porque haces un manejo multidisciplinar de su enfermedad. O tú previenes una enfermedad por ese manejo y lo ves como lo que somos: un ser vivo complejo con muchas dimensiones a las que tienes que atender.

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-Hay nuevos tratamientos, cada vez más personalizados, pero también muy costosos. ¿Cómo haremos para financiar esas terapias?

- La excepción son los precios inaccesibles, que existen, pero hay otras cosas a las que se puede acceder. E incluso hay intervenciones que no son caras. En los tratamientos más caros se están buscando estrategias de financiación a nivel mundial. Eso está pasando con la terapia genéticas. Que solo se pague en aquellos casos en los que funciona o que se divida a lo largo de los años. No va a ser un problema a medio plazo y ya hay negociaciones entre administraciones y farmacéuticas. Puede ser un problema ahora que hay cuatro o diez fármacos con eso precios, pero cuando esa forma de abordar la enfermedad, los tratamientos, sea estándar, habrá fórmulas para que sea accesible. Porque todo el mundo está interesado.

Realidad difícil

-Si un familiar tiene un cáncer, nos hacemos un estudio familiar y me da X probabilidad de tenerlo. ¿Qué tengo que hacer?

-Puedes tener, por ejemplo, un riesgo elevado de tener cáncer de colon. Y entonces lo que necesitas son colonoscopias a partir de los 30 años anuales. ¿Qué más puedo hacer? Controlar la alimentación, que sabemos que influye en estos cánceres. U otras técnicas de prevención, como quitar un pólipo. También se te puede detectar en un estado inicial, donde el tratamiento con pocas secuelas permitirá eliminar esas células tumorales. El problema es tener una predisposición y no saberlo.

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-¿Y la cirugía preventiva como, por ejemplo, por poner un caso conocido, la de Angelina Jolie?

-Es un ejemplo bueno y malo. Ella se ha operado el pecho porque ha querido. No había necesidad. Con un cáncer de ovario familiar, la única forma de prevenir es quitar ovarios y trompa, que es lo que tenía que haber hecho ella. Pero no me gusta ese ejemplo porque la gente dice, yo no me voy a operar el pecho, con lo que no quiero saber nada. Pero tienes más opciones que la cirugía preventiva, que es lo más radical. Si no te miras por tener miedo a la cirugía estás arriesgándote a morir de esa enfermedad que ha tenido tu familia de manera equivocada.

-¿Los estudios genéticos son recomendables para todo el mundo, aún estando sano?

- No. Hoy por hoy el genoma es para una pregunta. El punto de partida ideal es hacerlo en el paciente enfermo y a partir de él trasladar la información a la familia. La información genética es una parte más, pero no es el todo. El matiz es que los test genéticos no son todos iguales y cada uno tiene su indicación. Hoy no hay un estudio molecular para todo.

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-¿Qué grado de desarrollo tiene la biopsia líquida (detectar o predecir el cáncer a través de un análisis de sangre)?

-La biopsia líquida es presente y futuro. Presente para los pacientes con un diagnóstico de cáncer, para complementar la información molecular. Y futuro, porque aún no se puede utilizar en pacientes sanos para identificar un cáncer oculto. Esa tecnología no está todavía lista para ser utilizada en la práctica clínica.

-¿Es de los que cree que el cáncer se cura o que se cronifica?

-El término curar tiene connotaciones que pueden ser cuestionables. Tenemos que cambiar el paradigma y la forma de entender la enfermedad. Con nosotros conviven continuamente células tumorales en una relativa armonía gracias al sistema inmune, mis hábitos de vida, a una serie de cosas. Y en un momento dado ese equilibrio se rompe y acaba en un cáncer con manifestaciones clínicas. Tú puedes tratar esa enfermedad y eliminar las células tumorales y esos pacientes, obviamente, siempre estarán en seguimiento. ¿Curar? Esa pregunta es toda una vida. La realidad no es fácil, la estamos empezando a entender y solo estamos atisbando la punta del iceberg de nuestra convivencia con las células tumorales. Decir que un ser humano está libre de células tumorales probablemente sea faltar a la verdad.

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