El humor también se aprende

José Manuel Reguero nunca olvida la primera vez que subió al escenario para interpretar un monólogo asturiano. Fue en una fiesta de fin de curso en La Felechosa y, a partir de ahí, nació El Maestru, un personaje que ya forma parte de la cultura popular asturiana y que, actuación tras actuación, aprendió el oficio del humor.

En cambio, Conchita Suárez, Sergio Álvarez, Sara Álvarez, Noelia Suárez, José Antonio Álvarez, José Luis Flórez e Isabel Andrino debutarán mañana, sábado, a partir de las 20 horas, en el Centro de Día de Callezuela, como alumnos de la Escuela de Monologuismo de Illas, la primera que existe en Asturias. «Hasta que empezamos en febrero, no había nada similar. Se organizaban talleres sueltos, pero no había una escuela y se necesitaba», asegura José Manuel Reguero. La velada se completa con una actuación de tonada asturiana a cargo de Ismael Montes y la presencia de la monologuista infantil Andrea Alonso.

La Escuela de Monologuistas abría sus puertas el pasado febrero gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Illas, que facilita las instalaciones y corre con sus pocos gastos: luz, algunas fotocopias. «Estamos sorprendidos por la buena acogida. Desde que le comenté la idea, tuve todo el apoyo de Alberto Tirador. Se necesitaba algo similar», comenta El Maestru.

En este primer curso, la Escuela contó con 18 alumnos, de los que ocho eran mujeres. Un dato significativo toda vez que, actualmente, sólo una mujer, Luz del Sol, se sube de forma periódica como monologuista. Las clases concluyen esta semana. El próximo curso su actividad será paralela al año docente.

«Este año nos centramos en el monólogo, pero el próximo curso también quiero hacer algo de teatro asturiano», comenta José Manuel Reguero.

Él asumió todo el peso de la enseñanza, lo que explica una de las características singulares de la iniciativa: es gratuita. «Acogimos a todo el mundo, no rechazamos a nadie y no cobramos nada. Si existe un desplazamiento, se comenta para pagar entre todos el microbús o que cada uno vaya por su cuenta, pero las clases son gratuitas», explica.

A lo largo del curso El Maestru enseñó desde la puesta en escena a vocalización, expresión corporal o memorización de los textos. «Quise evitar el riesgo que me imitasen, he tratado que desarrollasen su propia personalidad como monologuistas», asevera.

Las clases se impartieron los miércoles y viernes por la tarde. También los sábados y algún domingo por la mañana. «Unos trabajan, otros estudian; así que los sábados se usaba para recuperar; en las clases no soy muy rígido, trato de ser flexible y que todos aprendan», señala.

Además de vecinos del concejo, los alumnos llegaron desde Corvera, Gozón y Avilés. Sus edades también fueron de lo más variadas. desde los 8 y 12 años a los 40. Tras la buena acogida de este año, Reguero no duda en que la actividad de la Escuela seguirá. «Tirador y yo estamos alucinados con la respuesta. Vamos a continuar», afirma.

Y es que su jubilación ha permitido que El Maestru disponga del tiempo necesario para dedicarse a su pasión por el humor asturiano. «Vivo en Illas y estoy feliz. Vengo a la biblioteca y paso la mañana escribiendo monólogos o teatro asturiano. Ahora preparo otro libro con monólogos y acabo de ganar un concurso de textos organizado por la Asociación de Los Humanitarios de Moreda», concluye El Maestru.