El Arzobispado limitará los pregones en iglesias para evitar discursos «politizados»
Una comisión se encargará de fijar las recomendaciones y pautas que habrá que seguir para celebrar este tipo de actos
Ó. CUERVO
Domingo, 22 de julio 2012, 14:41
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Se acabaron los discursos festivos que poco o nada tengan que ver con la tradición cristiana. Eso sí, si se leen o se pronuncian desde el púlpito de una iglesia. Es una de las nuevas medidas tomadas por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien recibió recientemente a través de los diferentes arciprestes varias señales de preocupación por lo que se puede llegar a decir en los tradicionales pregones que se leen cada vez que comienzan los festejos en barrios y parroquias de todo el Principado, de plena actualidad a estas alturas de verano.
Para ello, se ha creado una comisión que estudiará cómo plantear una serie de pautas, recomendaciones y normas que, pactadas entre párroco y pregonero, deberán ser tenidas en cuenta a la hora de redactar un discurso. En caso de no querer atender a esas directrices, la comisión o asociación de vecinos encargada de organizar los festejos deberá buscar otro lugar para comenzar sus celebraciones. También preocupan los daños que se puedan ocasionar y los usos poco adecuados que, en los últimos tiempos, han afectado a la sacralidad de los templos. En algunas situaciones ya se han producido diferentes tensiones entre los párrocos y los responsables de los festejos, algo que el Arzobispado pretende evitar ahora por todos los medios.
Esta normativa fijará, entre otras cosas, los criterios a respetar por todas aquellas asociaciones que decidan solicitar la cesión de su parroquia para celebrar en ella el pregón de las fiestas. Los planteamientos fijados por la comisión arzobispal serán aplicables en toda la diócesis. «Conviene tener criterios de actuación por si alguna vez se dieran casos similares», señaló a EL COMERCIO el vicario general y moderador de la curia, Jorge Juan Fernández Sangrador. El motivo principal sería «evitar discursos politizados, de apoyo a partidos políticos o de otra naturaleza», especificó Fernández Sangrador quien, no obstante, evitó señalar las parroquias o los festejos donde se hayan podido dar estas circunstancias. Todo, insisten, se desarrollará para estar preparados de cara a futuros problemas.
Otro de los problemas advertidos por Jesús Sanz Montes tiene que ver con la profanación de sagrarios. Al parecer, son varios los templos de la zona central de la región que en los últimos tiempos han recibido la visita de los cacos, que no han dudado en llevarse obleas y vino consagrado de varias iglesias. Eso ha obligado al arzobispo a adoptar medidas, entre las que se incluyen denuncias inmediatas ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. También será preceptivo comunicar al arcipreste la situación del templo y realizar un acto litúrgico de desagravio. «Solo queremos preservar el santuario, con el máximo respeto para el templo», señaló Fernández Sangrador.
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Jesús Sanz Montes piensa en incrementar las medidas de seguridad existentes en los templos asturianos. Se da la circunstancia de que en numerosas iglesias rurales se guardan reliquias y obras de arte cristianas de incalculable valor bajo escasas protecciones. Además, en muchos casos, los núcleos vecinales se encuentran alejados de los templos, lo que facilita la actuación de los amigos de lo ajeno. En Asturias ya se han dado casos de expolios y no sólo en el interior de las iglesias. También las campanas -por su contenido en hierro o bronce- han sido objeto de los ladrones, que no dudan en encaramarse varios metros para robarlas.
Tomar medidas
Tanto en lo relativo a los pregones en los templos como a las medidas de seguridad en los mismos, las decisiones avanzadas por el Arzobispado de Oviedo afectarán considerablemente en el día a día de las parroquias rurales de la región. Por un lado, en su relación con las asociaciones vecinales y comisiones encargadas de organizar festejos, iniciativas en las que, tradicionalmente, siempre han participado las iglesias. Pero también por las medidas de seguridad que se van a disponer. Los templos por fin protegerán todos los bienes artísticos y culturales que albergan.
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