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'Plumeros' en plena autovía del Cantábrico, en la zona oriental asturiana. :: JORGE PETEIRO
Lucha contra los 'plumeros'

Lucha contra los 'plumeros'

Fue plantada en taludes y medianas de las autovías en todo el Norte y ahora ya ha invadido praderías y tierras de labor en Cantabria

MARCO MENÉNDEZ

Lunes, 24 de noviembre 2014, 00:32

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Las especies invasoras, tanto de flora como de fauna, ponen en peligro el paraíso natural que es Asturias. Una de las más llamativas, por su impacto visual, es la hierba de la Pampa (Cortaderia selloana), conocida popularmente como 'plumero'. En las últimas décadas, esta planta se ha convertido en un verdadero problema en la Cornisa Cantábrica, donde incluso ha 'saltado' de sus tradicionales lugares de ocupación en las medianas y taludes de las autovías a praderías y tierras de labor, especialmente en Cantabria. Los expertos creen que ese problema se podría dar en Asturias dentro de unos diez años, si no se pone remedio antes.

Las autoridades ya han tomado conciencia de lo crítico de la situación. Frente a la postura del Ministerio de Fomento, que sigue apostando por esta planta procedente de Argentina para estabilizar los taludes de las vías de alta ocupación, han aparecido voces críticas en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que, junto a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y las comunidades autónomas afectadas, están elaborando una estrategia de erradicación. Fuentes de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado indicaron que se trata de «una estrategia a nivel nacional, ya que el desarrollo de esta planta invasora se ha convertido en algo generalizado».

La hierba de la Pampa aparece ligada a cualquier tipo de infraestructuras, que «según su titularidad, dependen de muchas administraciones distintas. Afecta a varios ámbitos competenciales y ahí encontramos una legislación un poco confusa», apuntan desde la consejería. Esta estrategia de erradicación de la especie está siendo diseñada por la Dirección General de Recursos Naturales del ministerio de Isabel García Tejerina.

Pero, ¿qué es realmente esta espectacular planta, que presenta unos 'plumeros' muy llamativos y que pueden afectar a la flora autóctona? Se trata de una especie perenne autóctona de la Pampa argentina. Uno de sus principales problemas es que produce miles de semillas que pueden ser dispersadas por el viento hasta a 30 kilómetros de distancia. Genera una gran cantidad de biomasa que favorece los incendios, tras los cuales rebrota aún con más vigor. Se han llegado a encontrar ejemplares de hierba de la Pampa a una altitud de 500 metros, lo que da muestra de su gran dureza y aclimatación al territorio cantábrico.

Además, es una planta de gran tamaño, pues los plumeros -florecen de julio a octubre- pueden llegar a medir un metro y su altura total suele alcanzar los tres. Las raíces laterales llegan a medir dos y unos 3,5 metros de profundidad, con lo que una sola planta ocupa un volumen de suelo de más de 30 metros cuadrados. Suelen encontrarse importantes concentraciones de 'plumeros', lo que modifica el paisaje y compite con especies autóctonas de los ecosistemas que invade, desplazándolas.

Los expertos han advertido en los últimos años que la Cortaderia selloana está comenzando a ocasionar graves perjuicios a los sectores agrícola, ganadero y forestal. Pero el año pasado se dio el primer paso en la lucha contra esta planta, como fue catalogarla oficialmente como invasora, lo que conlleva la prohibición de su posesión, transporte, tráfico y comercio. En Asturias aún no ha llegado a las praderías, pero sí han colonizado las dunas de la playa de Rodiles, el entorno de las rías de Avilés y Villaviciosa, y según la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, 26 cauces.

En Santander, en 1953

La Administración regional realizó entre 2004 y 2006 una catalogación de estos ejemplares y se contabilizaron 1.824 plantas, que ocupaban 11,21 hectáreas. Desde entonces hasta hoy esos números se han multiplicado por mucho. La hierba de la Pampa es muy difícil de erradicar y se recomienda su eliminación antes de que tenga dos años. Después, la cosa se complica, pues es necesario arrancar la raíz para evitar su rebrote y hay que tener en cuenta que pueden llegar a vivir 14 años. No se recomienda su arranque mecánico, por el peligro de dispersión de las semillas, por lo que lo mejor, siempre que ecológicamente sea soportable, es la utilización de potentes herbicidas.

En 1848 apareció en Europa para su cultivo ornamental, pero apareció asilvestrada por primera vez en 1953 en una zona de rellenos de la bahía de Santander. Desde ahí, se extendió hacia el País Vasco y Asturias, aunque parece que predomina la colonización en sentido Oeste. Está próxima a llegar a Galicia. A su expansión también contribuyó su utilización en las autopistas. Hay que tener en cuenta que el Ministerio de Fomento aún preveía su uso en la ampliación de un tercer carril en la autopista 'Y'.

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