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VANESA MARTÍN
Sábado, 18 de junio 2016, 00:42
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El Hotel Sucuevas, en Llano de Con, es desde ayer el único lugar de España que cuenta en sus instalaciones con un 'Hidrotor', nombre que se ha dado a esta microturbina de creación 100% asturiana, que aprovecha la fuerza del agua para producir electricidad.
El mecanismo, construido gracias a la unión de las empresas Zitrón y AZ Renovables, se compone de un 'tornillo sin fin' o 'tornillo de Arquímedes' que aprovecha el relieve y la caída de agua para generar, en este momento, cuatro kilowatios de energía eléctrica, aunque tiene capacidad para llegar hasta los seis.
Por ahora, el 'hidrotor' no está conectado a la red eléctrica y se convertirá en un proyecto experimental en el que sus creadores podrán estudiar con distintas variables y analizar 'in situ' tanto su funcionamiento, como las posibles incidencias o particularidades que pueda presentar el mecanismo.
El propietario del hotel Sucuevas, Claudio Santguida, por su parte, llevaba varios años buscando la mejor forma de producir energía a través del agua que atraviesa su finca, y que antiguamente movía el molino de harina de la propiedad. Movido por sus estudios de ingeniería, experimentó primero por su cuenta, montando un motor con piezas que le iban dando sus conocidos, pero cuando oyó hablar de esta idea, no dudó en contactar con sus promotores.
Ahora, la satisfacción después de tanto tiempo es doble: ha conseguido que el agua que atraviesa su propiedad produzca energía limpia y, además, se ha convertido en el pionero de este tipo de instalaciones en España, siendo Italia e Inglaterra los países más cercanos en los que pueden encontrarse equipamientos similiares. Responsables de la empresa anunciaban también ayer que otras dos personas se han interesado ya por este mecanismo y han solicitado información.
Además de generar electricidad limpia, el 'Hidrotor'es una máquina segura y ecológica también para los peces: en el caso de que algún ejemplar llegara al caudal que lo mueve, bajaría por su interior sin sufrir daño alguno, incorporándose de nuevo al curso de agua que pasa bajo el molino, tal y como demostraron ayer sus creadores con patos de goma.
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