Lenny Kravitz actuará el 18 de julio en Gijón
El músico neoyorquino estará en el Palacio de los Deportes dentro del tour de presentación de su álbum ‘Strut’, un retorno al más puro rock and roll
M.F. Antuña
Martes, 9 de diciembre 2014, 23:36
Acaba este 2014 de gira. Ayer mismo ponía banda sonora rockera a la noche de Luxemburgo. Francia, Polonia y Austria le esperan antes de la Navidad a este neoyorquino de naturaleza ecléctica que lo mismo diseña un bar de copas que autoproclama su voluntario celibato, da vida a un personaje de Los juegos del hambre o se enfunda a una bufanda de porte manta zamorana y se convierte en tendencia universal. Lenny Kravitz es sobre todo y por encima de todo músico multiinstrumentista para más señas, pero es más que eso, es actitud, estética, un look superpotente... Es esa pose de rockero asido a una guitarra capaz de sacar metralla de las cuerdas y destilar soul, blues, funk, reggae y otras muchas esencias.
Él, que cumplió los 50 en mayo, llegará al Palacio de los Deportes de Gijón con 51 y ganas de batalla. Será el 18 de julio (Divertia firmará previsiblemente el contrato hoy), en el marco de una gira que en España le acercará a Madrid, Barcelona y el Starlite marbellí. Llega con Strut (Roxie Records), su décimo álbum de estudio, editado en septiembre de este año. Son 14 temas en los que el propio Kravitz, además de cantar y ejercer como productor, toca guitarra, bajo y percusión solo acompañado por Craig Ross a la guitarra. Sus fans han querido ver en ese trabajo un regreso a los tiempos gloriosos de Are You Gonna Go My Way o Five, han visto en su rock teñido de funky un viaje al Nueva York de los setenta. La revista Rolling Stone colocó el disco entre los 50 mejores del año que aún colea y dejó escrito de uno de sus temas, New York City, que es la mejor canción, la que Mick Jagger no fue capaz de escribir en sus días de Estudio 54.
El álbum suena a rock. Rocknroll. ¿Qué más se puede decir? ¿Qué más se puede pedir? «Im a Minister of Rock and Roll», clamaba en el inicio de sus conciertos Kravitz cuando la gira Baptism, allá por 2005, le aproximó a León, el lugar más cercano a Asturias en que ha dejado sonar su música el estadounidense. Entonces, y siempre, ha demostrado una querencia absoluta por el directo, aunque nunca haya hecho gala de conciertos extremadamente largos. Los que estas últimas semanas le tienen entretenido en Europa, que bien podrían ser un anticipo de lo que está por venir en verano, incluyen una media de 14 canciones. Ni que decir tiene que en el set list no faltan temas clásicos como Fly Away, Are You Gonna Go My Way o American Woman, la versión de The Guess Who que se hizo célebre en su voz.
O sea, que en directo se nutre de todo un poco, no solo de lo último que él mismo ha definido con palabras certezas: «Un disco de rock and roll de verdad, es crudo, tiene alma y se formó de una manera realmente rápida».
Strut viene a significar algo así como Pavoneo, un término que no le va mal al músico que se autobautizó como Romeo Blue y que antes de ser él mismo quiso ser Prince. Sabe mover el culo y lucir pectorales Kravitz, que además de música ha repartido otras muchas dosis de show a su vida. Con rastas o con la cabeza rapada, con Lisa Bonet o con Vanessa Paradis, su metro setenta se ha hecho imprescindible en la música y en otros muchos ámbitos. Lenny es mucho más que Fly Away. Es todo un personaje que hizo del mestizaje bandera. Por razones obvias. Hijo de un judío productor de televisión y una afroamericana que trabajaba como actriz en una popular teleserie, bate en sus sangre tantos ritmos como inquietudes artísticas. Nació en Brooklyn, vivió en California, volvió a la Gran Manzana, se casó jovencísimo con la ficticia hija de Bill Cosby, pasó lo suyo y en 1989 le llegó el éxito. Su primer álbum, Let Love Rule, le puso en un mapa del que nunca desaparecería. Con Led Zeppelin, Queen, Jimi Hendrix, Stevie Wonder, Curtis Mayfield, Kiss y otros muchos más como referentes irrenunciables. Mama Said llegó dos años después del disco debut, ya divorciado de Lisa Bonet y cantándole al corazón roto y en 1993 se publicó Are you Gonna Go My Way. Luego vendrían Circus (1995), Five (1998), Lenny (2001), Baptism (2004), Its Time for a Love Revolution (2008), Black and White America (2011) y el Strut que acaba de ver la luz. En el camino, también ha habido directos, recopilatorios y, por supuesto, colaboraciones. Que nadie olvide que su firma está en el Justify my Love de Madonna o que ha compartido micro con Mick Jagger y su magnífico pelazo.
Claro que ha habido vida más allá de la música, de las asombrosas declaraciones en 2008 anunció que dejaba el sexo hasta encontrar mujer con la que contraer matrimonio, aunque nadie le creyó. También hay diseño y cine. Tiene su propia empresa, fundada en 2003, dedicada al diseño de interiores. Como corresponde al personaje, lo suyo no es precisamente el minimalismo. Ni sus proyectos son pequeños. Uno de los últimos, el decorado del show de Queen Latifa.
Tiene además una carrera como actor que le llevó por vez primera a la pantalla grande en la película Precious. Cuenta con su propio personaje Cinna en la saga Los juegos del hambre y el pasado año participó en la película de Lee Daniel El mayordomo con Forest Whitaker y Oprah Winfrey.
Le tienta el arte en general a este músico que ha encontrado sus refugios vitales más allá de la Gran Manzana. Si París fue en un tiempo su morada, ahora es Bahamas el lugar en el que encuentra la paz y la inspiración. Allí no necesita bufanda.