El Sevilla impone la ley del campeón en Alemania

Saltó el Sevilla al Borussia Park del Mönchengladbach con la intención de reeditar los viejos tiempos de las grandes noches europeas. Por ello, los jugadores rojiblancos tardaron menos de diez minutos en sacudirse toda presión por la gran cita a la que se enfrentaban gracias, eso sí, al fallo del contrario, más que a méritos propios. A los ocho minutos Bacca aprovechó el regalo de Stranzl tras dejarle a merced dentro del área pequeña un balón dividido. El colombiano, como es natural en uno de los mejores arietes de Europa actualmente, no desaprovechó la oportunidad para poner casi los dos pies en la siguiente ronda a sus compañeros. Con el 0-1, reconvertido en un 2-0 global de la eliminatoria, la primera parte no se veía tan cuesta arriba como al principio para los hispalenses.

Empero, las apariencias engañan en este Sevilla de Unai Emery. En menos de un cuarto de hora la montaña rusa se hizo presente en forma de fútbol. Primero el Borussia tardó solo unos pocos minutos en empatar y volver a poner un poco de miedo en la mirada taciturna del técnico sevillista. Vitolo, un canario que tiene muchos altibajos en su rendimiento mensual, logró volver a poner las cosas en la calma total antes de la media hora de juego tras rematar a la red una gran galopada. Entonces, dos minutos después, aparició la floja zaga sevillista para regalarle un nuevo tanto del empate esta vez a Hazard, que colocó el 2-2 cuando solo se llevaba disputadoa media hora de partido. Un choque de los que enamoran incluso al que no tiene ningún interés en este deporte, pero que deja el corazón helado a los protagonistas que se jugaban todo en en noventa minutos.

Con el término «partido loco» saliendo por la boca de todo seguidor tras la conclusión de la primera mitad, Emery tenía claro que debía avisar a los suyos que dos goles más del Mönchengladbach ponían fuera de la competición al Sevilla. Sobre todo tuvo que hacer trabajo extra en los vestuarios con Sergio Rico, un chico demasiado joven, quizá, para enfrentarse a toros tan impresionantes como el partido que tenía. Los nervios estaban a flor de piel en el cancerbero sevillista y ese olor a sangre fresca la querían aprovechar los alemanes para llevarse la eliminatoria para ellos.

En la segunda mitad un nuevo regalo para los sevillanos llegó de forma inesperada gracias a un error infantil de Xhakar, que con una tarjeta amarilla en su haber, decidió tomarse la justicia por su mano contra Tremoulinas y acabó expulsado cuando mejor estaban jugando sus compañeros. Unos futbolistas que se quedaron derrumbados, toda vez que el Sevilla logró irse arriba para sentenciar la eliminatoria con un doblete de Vitolo que tranquilizó al banquillo sevillista. Emery respiró tranquilo, la afición rojiblanca también, y el actual campeón de la Europa League se abre paso en otra etapa en su búsqueda de la cuarta. Que pase el siguiente.