Los vecinos de Vallobín, satisfechos por la detención, piden «justicia»

Desde que supieron que sus vecinos son los presuntos autores de la muerte del pequeño cuyo cadáver fue encontrado en el interior de una maleta junto a las vías del tren próximo al apeadero de La Argañosa, no se quitan de la cabeza el calvario que tuvo que ser la vida de la víctima, de dos años. Ahora piden «que se haga justicia». Los residentes en Vallobín respiran ya «más tranquilos» sabiendo que la Policía Nacional detuvo el martes en León a Fadila C. y David F., la madre del pequeño y su pareja.

Temieron la posibilidad de que, durante su huida, pudieran regresar a la casa en la que presuntamente cometieron el crimen. Una vivienda en la que la violencia era una constante. Habían oído en más de una ocasión gritos y golpes como consecuencia de las frecuentes peleas surgidas entre ambos. Una madrugada, incluso, la Policía acudió al piso alertada por alguien que escuchó una discusión más subida de tono de lo habitual. La pareja, sin embargo, no abrió la puerta. Quiso guardar lo que ocurría bajo llave, pero la muerte del niño no la pudieron ocultar.

«No sé cómo un padre puede hacer algo así con su hijo», se preguntan quienes les conocieron y quienes nunca les vieron, porque el fallecimiento por causas violentas de Imran está en las conversaciones de todos.

La familia vivía en Vázquez de Mella desde hacía pocos meses y hacía vida de barrio: en las tiendas, los bares, un locutorio... Fadila C. solía llevar a su hijo a jugar a unos columpios cercanos. En los últimos tiempos, el pequeño cojeaba y prefería quedarse sentado viendo cómo otros menores correteaban. Su madre explicó a unos conocidos que se había caído de una banqueta. Imran ocultaba mucho más que un golpe fortuito. Sus vecinos están apenados por el desenlace: «Me da lástima de él, de los otros ninguna. Que los encierren y no los dejen salir en mucho tiempo». «Que se pudran en la cárcel», piden indignados ante el suceso que ha vuelto a poner el nombre de Vallobín en los titulares de los medios de comunicación. Hace cinco años se vivió otro trágico crimen. Ahora esto: «Son noticias que nos perjudican», lamentan algunos comerciantes rememorando aquello y deseosos de «recuperar la normalidad».

En la última semana es habitual ver a la Policía recorriendo la zona y a periodistas preguntando sobre los dramáticos acontecimientos. «Ojalá no vuelva a pasar algo así», y el barrio de Vallobín deje pronto de estar en el punto de mira de todos, confían.