Arranca el juicio contra el asesino confeso de Karla Pérez, que se enfrenta a 26 años de cárcel

El asesinato de Karla Belén Pérez Morales a manos de su expareja en la playa de La Hípica, en Melilla, conmocionó a la sociedad ovetense y a la melillense en el verano de 2016. La joven, natural de Ecuador pero con nacionalidad española y residente en Oviedo, tenía 22 años y una orden de alejamiento de su asesino y expareja cuando fue estrangulada en presencia del hijo de ambos, un bebé de tan solo diez meses. El asesino confeso de Karla, un marroquí de 34 años, tenía una orden de alejamiento que le supuso la expulsión del país pero fatalidades del destino hicieron que Abdelwahid Aghbalou quebrantase dicha orden de expulsión hasta llegar a Melilla donde se citó con la joven.

Ella seguía manteniendo contacto con su expareja a través de las redes sociales y aceptó la invitación de su verdugo para viajar hasta allí con el único fin de acompañar al padre de su hijo a Marruecos para que la familia de él conociese al bebé. La joven tenía previsto emprender una nueva vida en Ecuador junto a su hijo y sus padres. Estos eran los planes de Karla hasta que Abdelwahid Aghbalou, la noche del 9 de julio de 2016, acabó con su vida en la playa de La Hípica en Melilla. Abandonó el cadáver de sobre la maleta que llevaba la joven, le robó el móvil para después venderlo por 180 euros para emprender su huida con el bebé de diez meses, hijo de ambos. Sin embargo, al día siguiente se entregó en comisaría, llevando al pequeño en brazos, y confesó el crimen.

Hoy será juzgado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial a partir de las diez de la mañana. La Fiscalía del Principado de Asturias pide para él un total de 26 años de prisión. Veinticinco por un delito de asesinato; un año, por quebrantamiento de condena y una multa de tres meses por un delito leve de hurto.

Además, el Ministerio Fiscal solicita que se le retire la patria potestad del hijo que tuvo con su víctima y que lo indemnice con 200.000 euros. También deberá indemnizar a la familia de la joven. A sus padres con 120.000 euros y al hermano de Karla Pérez, con 26.000.

La relación de la joven con Abdelwahid Aghbalou estuvo marcada desde el principio por los malos tratos. En marzo de 2016 la joven lo denunció y fue detenido por un delito de lesiones y amenazas que conllevó una orden de expulsión del país por cinco años. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la orden se ejecutó el 31 de marzo de 2016. Desde Marruecos, el acusado por el asesinato de la joven continuó manteniendo contacto con ella a través de Facebook «a pesar de existir una resolución judicial que le impedía comunicarse con ella».

Durante ese tiempo, «el acusado ejerció una posición de control y dominio absoluto» sobre su expareja con «llamadas y mensajes destinados a controlar su vida y perturbarla», recoge Fiscalía. Convenció a su víctima para que viajara hasta Melilla, sin comunicárselo a ningún pariente ni amigo. La joven y el bebé llegaron a la ciudad autónoma el 8 de julio, donde se encontraron con el procesado. Pasaron el día juntos hasta que a las dos y media de la madrugada, el procesado propuso a la joven ir al paseo marítimo junto a las casetas militares, un lugar desierto, sin iluminación «circunstancias conocidas por el acusado», recoge Fiscalía. Allí la estranguló en presencia de su hijo. Hoy será enjuiciado por ello.