Borrar
Urgente Prisión para el acusado de robar en gasolineras de Asturias

Morante, entre el silencio y los toros de juguete

El Bibio acogió el ‘Morante Tour’, con el que se acerca la tauromaquia a los niños, pero el diestro se mantuvo al margen y centrado en los toros

Iván Avello

Jueves, 13 de agosto 2015, 00:07

El Morante Tour se instaló ayer por la mañana en El Bibio pero el maestro prefirió mantenerse al margen. Morante visitó a esa hora la plaza, sí, pero para asistir al apartado de los toros y ver los que le habían tocado en suerte. Concentrado. El sevillano no quiso hablar. No está la cosa para bromas tras el expediente disciplinario que se le acaba de abrir en Marbella por negarse a matar al toro y la sanción que recayó sobre su cuadrilla por un presunto intento de agresión a los dos antitaurinos que saltaron al coso y que tuvieron que ser desalojados por la Policía Nacional.

Morante, torero y hombre apasionado, prefirió ayer optar por la prudencia y dejar que los más pequeños se acercasen a la tauromaquia sin él, pero con su carpa. Ese es el objetivo del Morante Tour, un estand con forma de plaza de toros que recorre las plazas por las que pasa el sevillano y en el que los más pequeños pueden aprender las nociones básicas sobre el toreo, mientras se divierten jugando. Todo con el fin de «respetar el gusto por este arte», como señala Maria Herrera, una de los responsables de la organización de la actividad.

Hasta el coso gijonés se acercaron diferentes amantes de los toros con sus hijos, sobrinos y nietos. Uno de ellos, el empresario Eliseo Soto, quien fuera presidente de Asprocon, acompañado por sus nietos, Rodrigo y Alejandro, que viven en Estados Unidos y el pasado sábado asistieron por primera vez a la novillada. «Es una buena actividad para que ellos sepan qué son los toros», explicaba, encantado de que sus nietos se lo pasen bien con él.

También estuvieron por allí disfrutando de la actividad los madrileños David Quero y su hijo Diego, de 9 años, que ya hace sus pinitos como torero asistiendo a clases con el matador Fernando Cruz, y al que le gustaría «ser un buen torero de mayor». Su padre añade que «es un orgullo que el niño siga con la afición familiar, que yo heredé de mi padre». Pero los llegados a la plaza no eran solo españoles. El irlandés Neil McLoughlin junto a su esposa y a sus dos hijos confesó que «desde fuera, los toros se ven como una de las cosas más distintivas del país». Por su parte, Carolina Molina asistió con sus hijos, Paula e Iván y dejó claro que no le gustaría ser madre de un torero: «Se sufre demasiado».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Morante, entre el silencio y los toros de juguete

Morante, entre el silencio y los toros de juguete