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El Papa visita el Hospital Universitario Infantil en Cracovia.
El Papa: «Me gustaría poder estar cerca de cada niño enfermo»

El Papa: «Me gustaría poder estar cerca de cada niño enfermo»

Francisco visitó los campos de extermino de Auschwitz en absoluto silencio, que solo se saltó para saludar a un grupo de 25 supervivientes

efe

Viernes, 29 de julio 2016, 09:50

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El papa Francisco ha visitado hoy el hospital pediátrico de Prokocim, en Cracovia, y afirmó que le gustaría "poder estar un poco cerca de cada niño enfermo, junto a su cama, y abrazarlos uno a uno".

En casi todos sus viajes, Francisco suele visitar un hospital pediátrico y hoy visitó este centro en que cada año son hospitalizados 30.000 niños.

En el vestíbulo del hospital le recibió la primera ministra polaca, Beata Szydlo, y unos cincuenta niños que se encuentran ingresados, con sus familias, a quienes dedicó una caricia o una palmadita afectuosa y besó a los bebes.

"Me gustaría poder estar un poco cerca de cada niño enfermo, junto a su cama, abrazarlos uno a uno, escuchar por un momento a cada uno de vosotros y juntos guardar silencio ante las preguntas para las que no existen respuestas inmediatas. Y rezar.", dijo.

El papa argentino retomó sus críticas contra la sociedad del "descarte", cuyas víctimas "son precisamente las personas más débiles, más frágiles". "Y esto es una crueldad", afirmó.

Y deseó: "Cómo quisiera que, como cristianos, fuésemos capaces de estar al lado de los enfermos como Jesús, con el silencio, con una caricia, con la oración". Francisco después continuó su visita del hospital de manera privada y se detuvo a rezar en la capilla.

En Auschwitz

Por la mañana, el papa Francisco escribió en el libro de Honor tras su visita al campo de exterminio nazi de Auschwitz: "Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor, perdón por tanta crueldad".

Dos líneas, escritas en español, con la firma 'Francisco' y la fecha de hoy debajo, fueron las únicas palabras del Pontífice sobre las sensaciones de su visita al lugar donde fueron asesinadas 1,1 millones de personas, ya que decidió que no pronunciaría ningún discurso.

Francisco realizó su visita a los campos de extermino en absoluto silencio, excepto cuando saludó a los supervivientes, a un grupo de 25 personas familiares de los llamados "Justos de las naciones", un título que se les concedió por su ayuda a los judíos, y a las autoridades.

El Pontífice atravesó completamente solo la entrada al campo bajo la inscripción en hierro forjado 'Arbeit macht frei' (El trabajo os hace libres) y comenzó así su recorrido silencioso entre barracones.

Durante la visita hubo momentos de gran intensidad, como cuando se detuvo frente al patio donde se llamaba a los condenados a muerte. Allí, el sacerdote polaco Maximiliano Kolbe ofreció su vida a cambio de la de un padre de familia.

Francisco sentado con los ojos cerrados y en profundo recogimiento estuvo algunos minutos y después besó uno de los postes de madera que servían para las ejecuciones.

Posteriormente, accedió al edificio de ladrillo del Bloque 11 de Auschwitz que alberga la celda subterránea en la que Kolbe murió de inanición.

El Papa permaneció en este lugar solo, rezando durante aproximadamente diez minutos, en medio de una leve penumbra, sentado en una silla, cabizbajo y con la puerta enrejada abierta a sus espaldas.

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