Nuevos vecinos en un páramo
La crisis deja sin servicios a los vecinos de las nuevas urbanizaciones
IDOYA REY
Domingo, 4 de diciembre 2011, 11:38
Compraron sus casas bajo reclamos de «buenas comunicaciones» y los manidos eslóganes de «a tan sólo cinco kilómetros del centro»; decidieron invertir en urbanizaciones que prometían lujo en el extraradio, con zonas verdes y carteles promocionales con infografías de nuevos barrios plagados de servicios. Nada más lejos de la realidad. Los 'nuevos vecinos' de la ciudad cuentan que cada mañana caminan kilómetro y medio para poder coger el tren, que precisan el coche para la comprar una barra de pan e incluso que su barrio se ha convertido en un 'picadero'. ¿Cómo se vive en el nuevo Oviedo?. «Se vive sin servicios y a veces te da hasta miedo caminar por la calle», responde Isabel Suárez. Ella vive en la primera fase de la nueva Manjoya, en la urbanización 'Bosque de la Zoreda'. Urazca, era la empresa encargada de construir la mayor parte de esta zona de expansión de la ciudad. Eran más de 1.800 pisos para una promoción de lujo, con un lago y embarcadero de un club náutico incluido. Pero la sociedad se declaró en suspensión de pagos. Durante un año, la urbanización que iba a ser imagen de opulencia lució un aspecto desolador, con edificios abandonados y grúas oxidadas. Finalmente la entidad financiera Caixa Galicia se hizo cargo de los pisos y el pasado año comercializó los primeros 113 pisos.
La segunda fase de La Manjoya ya esta lista y algunos vecinos desembalan sus cajas, tal vez sin percatarse de las deficiencias que padecen quienes residen en la zona desde 2010. Cuenta Isabel Suárez que el Ayuntamiento tiene una «dejadez absoluta» con el barrio. El parque que visitó el alcalde, Gabino de Lorenzo, el día de la inauguración de la urbanización «ya no tiene columpios y se ha convertido en un hervidero de bichos, yo tengo perro y jamás piso por allí». Entre otras cosas, porque podría encontrarse a gente manteniendo relaciones sexuales. El abandono del lugar y la falta de iluminación ha colocado a algunas partes de La Manjoya como lugar para hacer 'cruising', práctica sexual que consiste en mantener relaciones sexuales en lugares públicos, generalmente de forma anónima.
«Solo hace falta mirarlo en internet. La gente queda allí para tener una especie de citas a ciegas», explica Suárez. También para realizar carreras ilegales de coches. El descuido de la zona no ha pasado desapercibido tampoco para los ladrones. Hace poco desmantelaron el piso piloto de la promoción y en octubre arramplaron con más de 80 tapas de alcantarilla del barrio, poniendo en peligro el tráfico rodado y el peatonal. La Guardia Civil detuvo a cinco personas por los hechos.
Pero en el día a día de los residentes de La Manjoya hay muchos más inconvenientes. Suárez ha presentado varias quejas en el Ayuntamiento. «Los jardines quedan abandonados hasta que la hierba alcanza más de 50 centímetros de altura. El Consistorio dice que el convenio firmado sólo es para una siega anual, pero es falso, porque luego vienen más veces, pero solo cuando la hierba está altísima. Es dejadez», insiste.
La vecina también exigió la instalación de papeleras, porque sólo recogen basura dos veces a la semana. Hasta hace un mes no tenía dónde tirar los excrementos de su perro. «Hace unas semanas han colocado dos papeleras, para más de 100 vecinos y también pusieron los carteles de las calles», cuenta. Aunque quizás lo que más les preocupa es la falta de iluminación. «Para coger el tren tengo que caminar un kilómetro y medio y da miedo, porque por el invierno vuelves de noche a casa y está muy oscuro». La posibilidad del autobús queda para ellas descartada, pasa cada hora y da tal rodeo que tarda más de 45 minutos hasta el centro de la ciudad, veinte más que desde Oviedo a Gijón.
Sin servicios básicos
A María Suárez, residente en Prado de la Vega, junto al nuevo Hospital Universitario Central de Asturias, le pasa algo parecido con el transporte. Camina quince minutos para coger el tren «porque coger al autobús te retrasa muchísimo». La zona figura en las estadísticas y registros municipales como parte del barrio de La Corredoria, un área con un crecimiento tan espectacular en la última década que las instituciones no dan a basto. Inauguran un colegio y ya es necesaria la construcción de otro. «Llevamos muchísimo tiempo pidiendo que se remodelen las líneas de transporte, más ahora», razona Eloy Rodríguez, presidente de la Asociación de Vecinos de La Corredoria.
Rodríguez reclama, sobre todo, más colegios y más médicos: «Es lo más urgente». Asegura que, por suerte, en Prado de la Vega no hay problemas con la urbanización o el asfaltado, otra cosa son los servicios dependientes de empresas privadas. Hay no hay diferencia con La Manjoya. «No existe ni un supermercado ni nada de comercio. Esperemos que si la situación remonta, las empresas comiencen a instalarse en estos nuevos barrios». Porque gran parte de las promociones están paralizadas o sin vender por la crisis económica.
El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, José Ramón Sariego, comparte el diagnóstico. «Lo que hace falta es planificar los equipamientos públicos en tiempo. Cuando se planifican promociones residenciales tan extensas hay que pensar en el tema de colegios y centros de salud», recalcó Sariego. Esa falta de organización, añade, genera gastos y molestias a los vecinos. Por ejemplo, con la televisión por cable. «Se hacen las urbanizaciones y a los dos días están levantando de nuevo el suelo para colocar el cable. Es absurdo».
Y hay otro tema que Sariego resalta: el de los buzones de correos. Los vecinos de otra de las zonas que más ha padecido la falta de equipamientos, Las Campas, tenían que recorres tres kilómetros para poder enviar una carta. «Pasa en casi todos los barrios de Oviedo, más en los de nueva creación».
El problema de los accesos
En San Claudio la construcción de más de 1.800 viviendas en las promociones de La Cruz y La Lloral están en «compás de espera». Solo un bloque de la primera aguarda listo para entrega. «Lo que son las aceras y la calzada aún no están, aunque los mayores problemas que tenemos son la ampliación de la depuradora y el tema de los accesos. ¿O acaso van a dar licencia de ocupación con enganche a la depuradora actual, que ya está superada?», plantea Andrés Lázaro, presidente de la Asociación San Cloyo.
Esta misma semana, en Pleno Municipal, en una bronca sesión, aprobó una moción para instar al Principado a que establezca unos plazos fijos para las obras de las que depende gran parte de las expansión de la ciudad. Del otro tema, el de los accesos, nada hay planeado. «En este país nuestro, donde sufrimos a los políticos, se conceden licencias a diestro y siniestro sin tener en cuenta los equipamientos. Se empieza por abajo», valora Lázaro. En Las Campas tuvieron que esperar siete años para tener un vial de unión con La Florida. «¿Cuánto tocará ahora que no hay 'perres'?».