Educación pagó 1,5 millones a Igrafo y APSA por compras irregulares
La Policía constató numerosas facturas a centros culturales y educativos a los que no se entregó el material
M. MENÉNDEZ
Lunes, 30 de julio 2012, 15:56
El Cuerpo Nacional de Policía ha remitido al Juzgado de Instrucción número 2 de los de Oviedo una serie de documentación que hace referencia a supuestas compras irregulares efectuadas por la Consejería de Educación a las empresas Almacenes Pumarín, Igrafo y Nora, dentro del expediente del 'caso Renedo', autorizadas por la jefa de servicio de Promoción Cultural, Archivos, Bibliotecas y Museos, Marta Renedo, o la directora general de Planificación, Centros e Infraestructura, María Jesús Otero. Según esa documentación, al menos serían irregulares compras realizadas por 1.502.555,32 euros, en material adquirido por el Principado y no entregado a centros educativos o culturales de la región.
La documentación analizada corresponde al Centro Cultural de Belén de la Montaña, en Valdés, los institutos de Educación Secundaria de Infiesto, Rey Pelayo (Cangas de Onís), Llanes y Doña Jimena (Gijón) y el Centro Integrado de Formación profesional de Mantenimiento y Servicios a la Producción de Langreo. Uno de los expedientes más curiosos es el referido al Centro Cultural de Belén de la Montaña, pues los agentes no han sido capaces de comprobar su existencia. Según las facturas encontradas, Educación había abonado a Igrafo 198.003,38 euros para equipar las instalaciones con mobiliario homologado. Se trataba de un equipo de imagen y sonido, un soporte de televisión, butacas tapizadas, sillas apilables, una mesa plegable, una pantalla de LCD, estanterías, un armario informático y varios percheros. El problema es que el alcalde pedáneo del pueblo no conocía la existencia de dicho centro y en el lugar sólo había unas antiguas escuelas rehabilitadas que contaban con 20 sillas viejas y una televisión donada por la Caja Rural de Asturias. Además, cerca hay un telecentro con dos mesas, sillas y seis ordenadores, que está cerrado por falta de presupuesto.
Medio millón
En el IES de Infiesto también se han encontrado facturas irregulares, bien de material facturado y no recibido por el centro o de obras no realizadas y de otras que ya venían incluidas en la contratación de la ampliación del centro y que fueron nuevamente facturadas, como fue el caso del nuevo sistema de calefacción por geotermia (224.810,92 euros). En estos casos, se apreciaron albaranes con firmas que no correspondían con el director o la secretaria del centro. En principio, la cantidad irregular en este instituto alcanzaría casi el medio millón de euros.
En el Centro Integrado de Formación Profesional de Mantenimiento y Servicios a la Producción de Langreo, la investigación policial ha podido constatar que una partida de maquinaria y utillaje vario facturado a Almacenes Pumarín, por importe de 162.575,53 euros, no llegó a ser entregada, según el director y el secretario.
En el caso del instituto cangués Rey Pelayo, hay facturas irregulares de las tres empresas investigadas. Se trata de mobiliario, maquinaria, equipamiento informático y la sustitución de ventanas. Es curioso el último de esos apartados, ya que las ventanas sustituidas en el centro fueron realizadas por los propios alumnos, como prácticas de su formación, aunque por ello se facturaron a Nora e Igrafo 82.692,89 euros. En este centro de Cangas de Onís las irregularidades alcanzan los 378.559,38 euros.
Firmas y sellos falsos
El instituto de Llanes es otro de los investigados por el Cuerpo Nacional de Policía. En muchos de los albaranes analizados se habían falsificado firmas del director y los sellos del centro. Las irregularidades detectadas también fueron las de facturas emitidas y material no entregado por importe de 173.405,25 euros. En el centro en el que menor cuantía irregular se ha detectado es en el IES Doña Jimena, de Gijón. Almacenes Pumarín e Igrafo no entregaron maquinaria o realizaron obras de adecuación de espacios en el instituto por valor de 38.189.38 euros.
En todos los casos, no obstante, hay partidas en las que los responsables de los centros tienen dudas sobre si se recibió todo el material incluido en los albaranes o no, así como algunas obras a las que no tienen claro a qué corresponden. Los agentes encargados de realizar el informe destacan que los centros recibían material no pedido, en algunos casos, sin protestar, ya que corrían el riesgo de que se les retirara. También resaltan que responsables del centro firmaban albaranes en blanco u hojas aparte, al tiempo que muchos no reconocen como suyas las firmas incluidas en los documentos o los sellos.
Otra particularidad es que hay material facturado a Educación que fue abonado por los centros con sus asignaciones anuales, con lo que en realidad existiría una doble facturación.