La ampliación del edificio TIC de El Entrego, en riesgo tras quedar desierta la contratación

Fue el pasado agosto cuando, tras años de demoras y esperas, la agencia Sekuens licitó esta importante obra. El presupuesto asciende a 10,2 millones de euros y, ya entonces, la empresa que iba a resultar adjudicataria de la obra tenía que darse prisa en la ejecución: tan sólo se contemplan nueve meses de plazo para su realización.

La construcción de este nuevo centro tecnológico –anexo y comunicado con el actual complejo del pozo Entrego– se preveía que estuviera ya terminado en 2023. Con esta instalación se busca dotar al municipio de una infraestructura que contribuya a la localización de actividades económicas generadoras de empleo en el ámbito de la investigación científica y tecnológica. Se trata de favorecer la expansión del actual Centro de Investigación en Nanotecnología y Nanociencia (CINN) y del asentamiento de empresas tecnológicas que participen en los procesos de investigación para el desarrollo de productos avanzados.

El edificio es un centro funcional para las empresas que, a la vez, sirve de transición entre el centro urbano y el complejo de empresas tecnológicas, con una fachada permeable y grandes aperturas que facilitan la interacción con la calle, con soportales y espacios cubiertos. Para adaptarse al terreno, el inmueble se construirá escalonado en la parte este, incluyendo terrazas que se prolongarán hasta la Casa de la Cultura e introduciendo el terreno de la ladera en el edificio para fusionar lo natural con lo artificial.

La nueva instalación, que ocupará 13.399 metros cuadrados, pretende responder al sector tecnológico de la investigación y la experimentación, planteando espacios amplios destinados a la apertura de laboratorios singulares e inéditos, sin referente en toda Asturias, con una gran capacidad de atracción para un sector tecnológico en alza, que convierta a San Martín en un referente de la investigación.

En la memoria del plan se señala que es una zona que podría ser ejemplo del proceso de reconversión de las cuencas mineras, ya que, desde el cierre del pozo minero existente, todas las actuaciones se destinaron a valorar el suelo para uso productivo. «Sería la manera de culminar una actuación iniciada con la urbanización y puesta en valor de los terrenos, dando continuidad al uso productivo cuando se cerró el pozo Entrego, que ocupaba la zona. Tras su cierre en 1993, se realizaron diversas actuaciones clave para el desarrollo urbanístico, cultural y empresarial de este espacio».

Se trata de una actuación, por tanto, «que apostó por continuar con el uso productivo al que estuvo vinculado este suelo, aunque ahora a través de un nuevo modelo empresarial adaptado a los tiempos y a la situación urbana actual, muy diferente al desarrollado durante décadas con la extracción del carbón».