El refugio de Brañagallones abre al 30% de su capacidad, a la espera de que comiencen las obras de mejora
Ofrece a los visitantes servicios de bar, tapas frías y 14 plazas de alojamiento de las 40 de las que dispone
El refugio casín de Brañagallones reabre sus puertas. Lo hace después de ocho meses cerrado. Eso sí, lo hace en precario, al 30% ... de su capacidad real. Su oferta se limita a 14 plazas de alojamiento de las 40 existentes, el resto parece imposible ya que hay goteras en dichas habitaciones. Su oferta gastronómica tampoco es la habitual. Sólo habrá bebidas y tapas frías debido a la debilidad de los generadores existentes en el emplazamiento.
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La decisión se ha tomado con el objetivo de intentar salvar de alguna manera el verano y que los empresarios de la zona no sigan pagando las consecuencias de tener el mayor reclamo turístico del parque de Redes cerrado, a la espera de unas imprescindibles labores de mejora que aún no tienen fecha de comienzo.
Vecinos y montañeros, que ya han comenzado a llamar para reservar alojamiento, valoran el esfuerzo que hacen los gestores del equipamiento con esta apertura. En principio, estará abierto los próximos dos meses. Después se espera que desde el Principado se den fechas para comenzar las obras de mejora y que el equipamiento no continúe deteriorándose. Una apertura que depende también de los dos viejos generadores que aportan luz a la instalación y que en los últimos años han dado un buen número de problemas a los gestores de la instalación.
La apertura llega después de un mes de julio muy complicado con un sinfín de críticas por el cierre. Ahora con esta apertura en precario aseguran los vecinos que esperan recuperar un poco de vida que aporta la instalación, pero inciden en que «es una solución temporal tienen que comenzar las obras de inmediato sino el refugio terminará por deteriorándose en demasía». En el aire queda «que pasará si llueve, estamos seguros que lo hará dentro una imagen fatal para la instalación», apuntan los vecinos conscientes del mal estado de la techumbre.
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Las obras
La historia de esta situación comenzó a materializarse en diciembre de 2024. El refugio de Brañagallones cerraba porque se esperaba que el inicio de las obras de mejora del edificio fuese inminente. La Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte había adjudicado a la empresa Uría Ingeniería los trabajos, por un valor de 677.430 euros. El plazo de ejecución se estableció en ocho meses.
Los trabajos, por acuerdo entre ambas partes, se retrasaron al mes de abril para no enfrentarse a las condiciones meteorológicas invernales. En abril saltó la sorpresa: se producían desavenencias técnicas entre la dirección de las obras y la empresa adjudicataria. El Principado lleva indicando desde hace meses que trabaja para que se solventen de inmediato y poder iniciar los trabajos.
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En junio, la empresa adjudicataria de los trabajos renunciaba a realizarlos y el Principado encargaba a Tragsa que los acometiese. No hay avances.
El proyecto de reforma, valorado en más de 700.000 euros, tiene como objetivo una mejora integral del equipamiento, incluyendo mejoras en sostenibilidad y eficiencia energética. En cuanto a su financiación, los fondos para los trabajos están vinculados a la Transición Justa, y aún no han sido asignados, y el plazo para su ejecución se extiende hasta 2029.
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