Cien años horneando en Torazo
Los hermanos panaderos Alejandro y Borja Casquero mantienen la tradición familiar al frente del negocio «más antiguo» de la localidad
Cien años de historia han pasado volando en la familia Casquero, en Torazo, Cabranes. Los hermanos Alejandro y Borja Casquero, dueños de la ... panadería de la localidad, recogieron r el pasado domingo la Boroña de Oro en honor a su tradición familiar, la tercera generación que aún mantiene en funcionamiento «el negocio más antiguo de este enclave», según destacó el alcalde Gerardo Fabián tras el nombramiento.
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Para Alejandro, saber que su panadería cumplía un siglo fue una sorpresa, pero «luego, al pensarlo, ya no extrañó tanto», sobre todo conociendo toda la historia que hay detrás. En su familia, el negocio panadero comenzó con sus abuelos, Jesús Eduardo Casquero y Ana María Muñiz: «Ellos fueron los artífices de todo hará cincuenta años, cuando volvieron de Buenos Aires, en Argentina».
Fue al regresar a casa que supieron «de un negocio de panadería que se traspasaba, tenía una clientela, y decidieron cogerlo». Comenzó entonces «el trabajo duro» de sacarlo adelante y que, a día de hoy, a sus 95 años, «ella aún lo recuerda».
«Ellos lo empezaron, pero nosotros continuamos. Primero fueron mi padre y mi madre; ahora somos mi hermano y yo», explicó Alejandro. A sus 33 años, es uno de los jóvenes emprendedores de la localidad, manteniendo un ritmo agotador, «empezando a hornear de noche y repartiendo a partir de las siete de la mañana», con rutas y clientes que se han ido sumando con los años.
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Algunos de ellos «son heredados», negocios que «tienen casi tanta historia como la panadería», hasta llegar a cubrir locales no sólo en Cabranes, sino también en Villaviciosa, Piloña, Nava y Siero.
Cuando supieron del premio, fue «toda una alegría», tanto para la familia como para los dos trabajadores con los que cuentan actualmente, aunque para los dos hermanos «el reconocimiento lo vemos más para nuestros abuelos; sin ellos no habría sido posible».
A día de hoy, pueden decir con «orgullo» que hornean una media de 200 kilos de harina «todos los días en barras de pan, y ya son tantos locales, bares y restaurantes que no me da la memoria».
Todo esto estuvo presente el domingo, cuando ambos recogieron la distinción de manos del alcalde. Fue en ese momento cuando dieron las gracias en nombre de toda la familia.
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