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Estado en el que quedó el vehículo en el que viajaba el fallecido. Damián Arienza
Juicio por el accidente en Ribera de Arriba en 2022

El kamikaze que causó la muerte de un hombre en la A-66: «Fue una confusión, solo bebí cuatro cervezas»

El acusado asegura que no advirtió las «llamadas de atención del resto de conductores» que le dieron varias ráfagas de luz: «Pensé que me decían que llevaba las largas puestas»

E. C.

Jueves, 9 de enero 2025, 13:21

Una «confusión» que causó la muerte de un hombre. Es el argumento que ha dado en el juicio J. M. A., de 30 años, el kamikaze que en septiembre de 2022 circuló ebrio y en sentido contrario por la A-66 en Ribera de Arriba hasta que colisionó con el vehículo en el que viajaba la víctima, Juan José Fernández, de 40 años y residente de Mieres, provocándole la muerte. El acusado, que tenía 28 años en el momento del siniestro, accedió a responder a las preguntas en la primera vista oral en el Trubinal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) y alegó que su entrada en sentido contrario a la autovía desde la plaza Castilla en Oviedo se debió a una «confusión» y que en todo momento pensó que «estaba circulando en una carretera de doble sentido».

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Tanto el Ministerio Fiscal como el abogado de la acusación particular, Gonzalo Botas, cuestionaron la defensa del kamikaze, que asegura que no vio la señalizacion ni fue consciente de las «llamadas de atención del resto de conductores» que le dieron varias ráfagas de luz. «Pensé que me decían que llevaba las largas puestas o que me avisaban de que había pasado algo más adelante», respondió el acusado.

En cuanto a la «confusión», además de alegar no haber visto «ninguna indicación» de estar entrando en sentido contrario, dijo padecer déficit de atención desde los trece años y «no conocer la zona». También declaró que tomó «sólo cuatro cervezas» en toda la noche - dos de ellas de «baja graduación»- desde su llegada a Oviedo a las 21 horas, hasta su marcha sobre las cinco de la mañana.

En cambio, su tasa de alcoholemia, según la prueba tomada en el HUCA, era de 2,24 miligramos por decilitro en plasma, por lo que se «cuadriplica» la tasa permitida en sangre (0,5 gramos por litro). Terminada la vista oral, Botas declaró que lo dicho por el acusado no se sostiene con lo que aportan las pruebas, además de que «no mostró arrepentimiento ninguno, parece que la culpa es del mundo; quiere presentarse como una víctima cuando es un auténtico verdugo».

En relación a esto, el abogado de la defensa, Félix Guisasola, estableció que «las cuatro cervezas se tomaron de forma muy espaciada durante la noche», además de que la prueba hecha en el hospital «no está homologada», dado que mide solamente el nivel en plasma y no en sangre, como establece el Código Penal. Por otro lado, el doble visionado de los videos que mostraron la salida del acusado desde Oviedo corroboraron, en su opinión, que «no hubo conducción temeraria» y dan peso a la justificación de haberse equivocado.

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El tema del nivel de alcohol en sangre se tratará en la sesión de este viernes, con las declaraciones tanto de los peritos como de la Guardia Civil.

En cuanto a la pena, el acusado se enfrenta a una pena de cárcel de entre 4 y 9 años, en base a lo que solicita tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular, por los dellitos de homicido por imprudencia, conducción temeraria y alcoholemia.

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