El Principado da autorización al primero de los tres parques de baterías previstos en Argüelles
Los ecologistas alertan de la escasa distancia que hay entre el almacén y las viviendas. «Conlleva una fuerte contaminación electromagnética»
El anuncio de este jueves en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) era un poco críptico: «Consejería de Ciencia, Industria y Empleo, por la que ... se autoriza instalación eléctrica de alta tensión». Se refería, en realidad, al permiso administrativo previo a Galbano Power para la instalación de un parque de baterías en la parroquia de Argüelles en Siero.
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Es la primera de tres. Porque en una misma parcela –catalogada como industrial– se quieren instalar los tres proyectos impulsados por dos firmas –Galbano Power e Indus Power– que pretendían desarrollar parques de baterías para el almacenamiento energético en diferentes puntos de la zona rural del concejo, generando un profundo rechazo social. Los promotores presentaron esta nueva iniciativa concentrando tres planes para su instalación en una única parcela en la zona de Fuentespino, entre la carretera nacional 634 y la que conecta con San Miguel. Al lado de la parcela se encuentra una instalación de prefabricados de hormigón.
Los riesgos
A este anuncio ya ha reaccionado la Coordinadora Ecologista de Asturias. «Lamentamos estas prisas por autorizar más parques de baterías al estar en zonas urbanas y rurales rodeados de viviendas y con la oposición de los vecinos, sin atender las decenas de alegaciones presentadas». Se señala que «es llamativa la larga lista de almacenes energéticos en tramitación que se une a los ya autorizados; ahora mismo son diez parques los que tienen la autorización ambiental»: cuatro en Siero, dos en Gijón, dos en Oviedo, uno en Salas y otro en Corvera. «Una cantidad muy elevada para las necesidades energéticas asturianas, a los que se sumarán varias docenas más que están en trámite ambiental, porque el Principado lo aprueba todo».
Los ecologistas manifiestan que el Gobierno regional «ha obviado los efectos que estas instalaciones pueden tener sobre la salud de las personas y el medio ambiente en general».
«Nuestro principal argumento es la escasa distancia que habría entre los contenedores de baterías y las viviendas. La proximidad conlleva una fuerte contaminación electromagnética para la vecindad y los animales», se señala desde este colectivo. «Los datos recabados hasta ahora evidencian que la exposición excesiva a campos electromagnéticos aumenta el riesgo de leucemia en adultos, cáncer de mama o cerebral, y afecta por igual a hombres y mujeres».
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