«El truco es dar la misma fabada que se come en casa»
Nadalina Fernández, de Casa Morán, celebra en Collanzo su victoria en el concurso La Mejor Fabada del Mundo y resalta la importancia de conseguir «un producto de calidad», tanto en faba como en compango
«Estamos que aún no nos lo creemos, son quince años de recompensa y de trabajo». Nadalina Fernández, una de las propietarias del local ... Casa Morán, en Collanzo, Aller, continúa pletórica tras conseguir el galardón a la Mejor Fabada del Mundo en la decimoquinta edición del concurso.
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El día de la cata del jurado, ella, acompañada de su marido, Daniel Lasarte, copropietario del local, y la cocinera, María Fernanda Díaz, bromeaban con la posibilidad de poder ganar este año y, al final, «se acabó cumpliendo». En el reparto de premios de este jueves, en la plaza de abastos de Villaviciosa, fue Nadalina la que subió a recoger el título de manos del alcalde, Alejandro Vega, y el presidente de la IGP Faba Asturiana, Sergio Suárez.
«Contentísimos» con el nombramiento, lo valoran más aún sabiendo que «en el concurso había unos platos de fabes de calidad superior, se te iban los ojos con sólo mirarlos». Su local, «un chigrín de los de antes, pequeñín» conquistó el paladar del jurado —presidido por el chef Pedro Morán, de Casa Gerardo— con su receta, totalmente casera, la que se ha estado sirviendo «en el menú del día a día durante quince años», cuando el bar familiar —inaugurado en los años cuarenta— se convirtió en restaurante.
«Me preguntan por mi secreto, y la cosa es que nosotros damos la misma fabada que se come en casa», explicó. No sólo eso, el producto «tiene que ser de calidad» y desde siempre, en su restaurante, se sirve la faba de Casa Gómez, de Tineo, mientras que el compango —por el cual también se llevaron el premio Embutidos Naveda al Mejor Compango— es de Aller. «Es diferente al de otras zonas de Asturias, le da más sabor», destacó.
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En cuanto a la faba, este año no fue sencilla la presentación al concurso y se estuvo cerca de no presentarse, como sucedió el año pasado. De aquella, recordó Fernández, «no fuimos porque queríamos dar algo que nos gustara, mantenernos en un nivel, y no teníamos faba». Este año, aunque se llevan a casa el premio, lamentan mucho el haber tenido que quitar el plato del menú diario, dejándolo en la carta para encargo de los comensales.
Eso sí, la fabada «de diez» que se sirve en Casa Morán, «no se hace en un día», hay que reservar con tiempo, pues «se cocina con faba seca y para hacerlo bien hay que tener mucha paciencia, cocción lenta y dejarla hacer, con tiempo». Este año, viendo la promoción que tuvieron al presentarse al concurso, esperan subir en reservas con el título colgado en el local; aunque haya pocas mesas, aseguró esta maestra fogón, «se hilará fino» para que nadie se quede sin probar la Mejor Fabada del Mundo.
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