«Como Asturias en verano no hay nada»
El gijonés Daniel López lleva dos años en Dublín, donde ahora trabaja para Google Maps: «Laboralmente hay muchas oportunidades»
Va a hacer dos años que hizo el petate. Daniel López Martínez (Gijón, 1997) estudió Magisterio en Asturias, pero su vida en Dublín discurre por otros derroteros: trabaja para Google Maps. «Acabé la carrera y el año siguiente fue la pandemia, estuve haciendo cursos para oposiciones, no veía nada claro, tenía un par de amigos en Dublín, me dijeron que por qué no iba yo también»... Y se fue. La razón, que hay empleo, que las oportunidades son múltiples. «Empecé a buscar trabajo desde de Gijón y no tardé nada en encontrarlo, un par de semanas y después de mandar un par de currículos me llamaron». En agosto voló.
Ya dominaba el inglés y se puso a trabajar en una guardería, un sector en el que hay mucha oferta, y en especial para extranjeros. «Es raro ver irlandeses, a no ser que sea el jefe», revela. Estuvo nueve meses en la guardería y comenzaron a surgir nuevas oportunidades. «Hay mucha empresa tecnológica, Google, Facebook, Amazon y conocía también bastante gente trabajando en este tipo de empresas, en las que hay un montón de oportunidades, no hace falta que seas ingeniero, va todo va por entrevista, puedes tener diez carreras, que si no te ven cualificado no te van a coger», relata. Y lo que es más importante, superada la prueba hay dos meses de formación pagada, de modo que se afronta el trabajo con garantías. «Laboralmente hablando hay muchísimas oportunidades y sueldos buenos, aunque el alquiler es muy caro», resume. Pero no se queda ahí la cosa: «Estás siempre buscando oportunidades nuevas, hay mucho movimiento y posibilidades de ascenso».
En septiembre hará un año que se incorporó a Google Maps y ya ha tenido un primer ascenso y va a por el segundo. Su día a día, en español, es revisar mediante llamadas que todos los datos de los los negocios registrados están correctos y que los cambios que puedan sugerir los usuarios también lo son. «Mi idea era volverme este verano a Gijón, pero estuve mes y medio sin parar, buscando ofertas, y nada, así que al final me rendí».
Juega al fútbol
Se queda. Está comodo, tiene amigos, juega al fútbol en el Harding, un equipo de fútbol de regional, va de vez en cuanto a los partidos del Bohemian con su camiseta del Sporting... Pero no cierra puertas a nada. Tiene 24 años y no descarta incluso probar fortuna en algún otro país.
Pero Dublín le gusta por muchas razones. Es una ciudad universitaria, viva y alegre. «Ves gente joven por todas las esquinas, y esa es una diferencia que yo notó con Gijón, donde la media de edad es mucho más alta», revela este joven que destaca la presencia de Erasmus y trabajadores vinculados a esas empresas tecnológicas. «Los irlandeses son abiertos, sociables, muy vivos, son como españoles pero hablando inglés, y en los bares hay mucha música en directo, el ambiente es increíble», señala.
Pero en Dublín ni están la familia ni los amigos de toda la vida ni se come tan rico como en Asturias. «Tienen un montón de ganadería, pero al final la cocina típica es muy básica, no tienen nada del otro el mundo», afirma y concluye: «No hay comida como la de Asturias».
Pero la distancia no es grande y en octubre se acortará con un nuevo servicio a Dublín desde el Principado. De momento, quedan vuelos pendientes para este joven que afirma que los inviernos son largos y los veranos cortos en Irlanda y que cuando llega el estío si algo quiere es fiesta de prao. «Como Asturias en verano no hay nada, es increíble, tienes siempre fiestas de prao, cada semana una. Y yo prefiero eso mil veces que una discoteca», remata.