¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
El filólogo naveto y profesor del Insituto Cervantes frente al Atlántico y con la ciudad brasileña deFortaleza al fondo E. C.
Asturianos en la diáspora

«Me gustaría poder jubilarme en Asturias»

El filólogo naveto Cuno Vigón lleva doce años en Brasil como docente universitario y ahora en el Instituto Cervantes

Domingo, 10 de agosto 2025, 12:12

Tras pasar casi treinta años, más de la mitad de su vida, residiendo fuera de Asturias (a donde regresa cada verano), Cuno Vigón Artos (Nava, 1975) afirma que le gustaría volver a su tierra cuando se jubile, aunque matice con humor rápido: «Pero antes aún me queda dar unas cuantas vueltas por el mundo». Su primera salida ocurrió recién concluidos sus estudios de Filología Española en la Universidad de Oviedo y fue para cursar sendos másteres de Lingüística y Traducción en la Universidade do Miño de Braga (Portugal). En esas mismas aulas iba a pasar los siguientes quince años como docente de español. Luego cruzaría el Atlántico para ejercer durante otros doce como profesor de Lingüística General en la Universidad de João Pessoa. Actualmente trabaja como profesor de lengua española en el Instituto Cervantes de Belo Horizonte: «Llevo en esta ciudad dos años, antes estuve en el Cervantes de Orán, en Argelia, una experiencia muy positiva la de poder vivir en otra cultura», desvela.

Publicidad

Vigón acaba de volver a Brasil, tras pasar en su tierra un mes de vacaciones, como acostumbra a hacer cada año: «Normalmente voy como ahora en verano o en navidades para ver a la familia y a los amigos», revela, al tiempo que afirma sentirse bien en ese país: «Al principio cuesta un poco adaptarte a cualquier país latinoamericano viniendo de Europa y en mi caso había vivido en Braga, una ciudad pequeñina, muy 'afayadiza' y en Brasil las ciudades son todas enormes. En Belo Horizonte, solo el área metropolitana son 7 millones de habitantes y al final acabas haciendo vida en tu barrio». El mayor contraste han sido para el filólogo naveto «las grandes desigualdades sociales, las diferencias son brutales. Con un salario de profesor vivo en un edificio con portero, piscina, cancha de tenis y al lado hay una favela. A eso sí que cuesta adaptarte», confiesa.

«El mayor contraste aquí es la desigualdad social, vivo en un edificio con portero y piscina y al lado hay una favela»

Su anterior trabajo en la Universidad le permitió viajar por todo el país como coordinador de un programa de lenguas extranjeras y ello le sirvió para constatar que en Brasil «la gente es tremendamente amable, receptiva y cariñosa. Y salvo en ciudades como Sao Paulo o Río de Janeiro, donde no hay mucho turismo como en Belo Horizonte, te ven casi como alguien exótico y te tratan muy bien». En el Cervantes, Vigón echa en falta no poder dedicarse a la investigación como en la docencia universitaria, en cambio las condiciones económicas son mejores: «Cobras el sueldo de España, en euros y las condiciones de jubilación son también mucho mejores».

De Asturias añora, además de sus seres queridos, «los pinchos para desayunar» y como buen naveto, «la sidra, claro». Del yantar afirma que «esti mes que pasé fartuquéme tanto que tenía gana de volver a la comida brasileña».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad