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Adrián Gordaliza lleva casi dos décadas en Londres.
Asturianos en la diáspora: Londres

Un ovetense que lleva casi dos décadas viviendo en Londres: «También aquí tenemos crispación»

Licenciado en Filosofía y ensayista, Adrián Gordaliza se reinventó en Londres como profesor de español hace casi veinte años

Domingo, 5 de octubre 2025, 00:11

Adrián Gordaliza (Oviedo, 1979) lleva casi dos décadas en Londres, una ciudad a la que llegó atraído por la cultura anglosajona, en la que ha formado su familia y desde la que analiza la realidad en el videoblog 'London Eye'. Estudió Filosofía en la Universidad de Oviedo bajo el magisterio omnipresente de Gustavo Bueno, al que dedicó su trabajo de fin de grado, y se reinventó en el Reino Unido como profesor de español en el Instituto Cervantes y en su propia empresa Premium Languages. .

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El ovetense relata su vivencia, con flema británica y un inequívoco deje asturiano: «Llegué en 2006 y cuando me fui, todo iba más o menos bien en España, era antes de la crisis. Entonces tampoco había una razón clara como la hubo después para migrar, pero bueno, yo siempre fui bastante anglófilo. Y tenía claro desde muy joven que quería vivir fuera, en el Reino Unido, Estados Unidos. Eso lo tenía muy claro desde joven, sí, sí.».Un intercambio estudiantil en Florida y una estancia de verano en Irlanda, tuvieron bastante que ver en esa orientación hacia el destino que le aguardaba en la capital del Reino Unido.

Vive en Crouch End, un distrito del norte del Londres «a medio camino entre los estadios del Arsenal y el Tottenham». Desde su llegada Gordaliza percibió grandes contrastes con la realidad española. En el ámbito laboral: «La forma de trabajar es muy diferente. Aquí el trabajo no te define, como en España, porque constantemente hay oportunidades para cambiar de puesto, incluso de industria. No te condiciona lo que has estudiado en la universidad. Puedes haber hecho Filología y trabajar en un banco. En mi caso hice Filosofía y en España eso te limitaba a dar clases en un instituto y poco más. Cursé un máster en enseñaznza de español en Granada y me vine aquí», señala.

Más remarcable fue el contraste social: «Viniendo de una sociedad como la española cohesionada por la familia nuclear o extendida, aquí es todo más atomizado, las relaciones fuertes son siempre en un grupo pequeño de personas».A nivel macro, el ovetense ha tenido ocasión de reflexionar sobre los cambios sociales en la realidad contemporánea y plasmarlo en su ensayo 'El final de todo. Una sociedad en transición'. Sobre ello establece una comparativa entre Gran Bretaña y Asturias desde la desindustrialización: «En los 80 Thatcher privatizó y desmanteló toda la industria, algo similar nos ocurrió en la región pero los fondos mineros hicieron de colchón que absorbió el golpe grande. En el Reino Unidotodas las instituciones que tenían sentido: el trabajo,la empresa, la familia,la religión todo eso se fracturó y especialmente en las ciudades industriales del norte lo que ves son individuos un poco a la deriva y con un marcado carácter antisocial». Más recientemente los efectos del Brexit han hecho una nueva mella: «Si hoy hubiera otro referéndum estoy seguro que ganaría por mayoría el no», opina desde su vivencia en el país.

Después de dos décadas en Londres, Gordaliza reconoce que «uno adquiere hábitos más británicos que españoles, desde la preferencia por el té al café, los horarios de las comidas, pero también en el día a día, organizar todo con mucho tiempo si te citas con alguien avisar con antelación suficiente, en ese sentido echo de menos la improvisación y espontaneidad en las relaciones con los amigos». El videoblog le sirve para ver esa realidad «con los ojos del español que vive en otra cultura y en perspectiva». Sigue también la actualidad española «y la polarización de una sociedad en donde lo emocional es más importante que lo racional, algo general en todo el mundo y aquí desde luego también hay mucha crispación».

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Respecto a su futuro: «En principio está aquí pero no nos cerramos a volver en algún momento, aunque mi mujer no es española, pero le gusta Asturias. No queremos ser muy 'viejinos' aquí»

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