Detienen a una banda que robaba en casas y negocios y que operaba en Asturias
La investigación se inició tras un robo en una tienda de Arriondas. Fueron detenidas 9 personas, de las que cuatro fueron puestas en libertad y cinco están en prisión. Se desplazaban desde Madrid para actuar por toda la geografía española, llegando a robar cinco toneladas de queso de cabra
ELCOMERCIO.ES
Martes, 28 de abril 2015, 12:34
La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido, en una operación conjunta a nueve personas pertenecientes a un grupo itinerante organziado que se dedicaba a robar con fuerza en establecimientos comerciales, principalmente en tiedas de telefonía móvil.
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La investigación se inició en Asturias en septiembre de 2014 tras tener las autoridades conocimiento de un robo cometido en un establecimiento de Arriondas que vendía teléfonos móviles. Poco después se produjo un robo con violencia en el interior de un domicilio, en el concejo de Piloña, y otro más, en grado de tentativa, en un estanco, también en la localidad de Parres.
Han sido detenidas un total de 9 personas, entre ellas los miembros de la organización y los receptadores, a los que se les imputan 27 hechos delictivos por todo el territorio nacional. En una ocasión llegaron a apoderarse también de cinco toneladas de queso de cabra.
Todos los hechos tenían un modus operandi común: forzaban y rompían el bombín de la cerradura de la puerta mediante el empleo del método conocido como 'sacacorchos'. Las investigaciones llevadas a cabo, así como la colaboración ciudadana, permitieron identificar en la zona de los hechos un turismo que fue fundamental para localizar a los integrantes del grupo, asentados en la periferia de Madrid.
Bajo dirección del Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís se inició una investigación que ha durado siete meses y que ha llevado a esclarecer 26 delitos de robo con fuerza y un delito de robo con violencia, cometidos por toda la geografía nacional.
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1.000 km diarios para delinquir
Los integrantes de este grupo se trasladaban desde la capital a localidades de diferentes provincias, realizando reconocimientos previos en búsqueda de establecimientos que les fueran propicios para volver a los pocos días y actuar directamente sobre el lugar seleccionado. Llegaban incluso a realizar 1.000 kilómetros diarios para robar.
Una vez que llegaban a la zona en la que iban a delinquir, permanecían en ella unas horas, controlando los movimientos de las personas que habitaban en el local elegido y aprovechaban la madrugada para actuar. Para asegurarse el éxito de la operación empleaban medios técnicos que imposibilitaban el funcionamiento de las alarmas, forzaban o levantaban los cierres metálicos, y empleaban instrumentos propios de cerrajero para violentar los bombines de las cerraduras. Una vez dentro de los establecimientos se apoderaban de terminales móviles y accesorios, tabletas, relojes y otros efectos.
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Un elemento que llamó la atención a los investigadores fue que tras los robos no abandonaban la localidad de forma inmediata, sino que permanecían en la misma hasta primera hora de la mañana. Destacaban también las importantes medidas de seguridad que adoptaban en sus desplazamientos, dificultando enormemente la investigación, como el continuo cambio de vehículos, empleo de lanzaderas y la vigilancia del entorno de sus domicilios sobre todo cuando llegaban.
Si bien su principal actividad iba dirigida al robo de establecimientos de telefonía móvil, también actuaban sobre estancos, establecimientos de venta de productos agrícolas o bares.
Además de los robos en Asturias se les imputan otros 15 en dos tiendas de telefonía en Guardo (Palencia), en Hellín y Tarazona (Albacete), en Mota del Cuervo (Cuenca), en Laguna de Duero (Valladolid), en Llerena (Badajoz), en Peñarroya-Pueblonuevo y Palma del Río (Córdoba), en Ciudad Rodrigo (Salamanca), en Melide (A Coruña), en Burela y Ribadeo (Lugo), en Yecla (Murcia), en Alcalá la Real (Jaén); así como en tres robos con fuerza en estancos en las localidades de Saldaña (Palencia), Elche de la Sierra y La Roda (Albacete). Asimismo actuaron en una óptica en Hellín, en dos establecimientos de bebidas alcohólicas en Guardo (Palencia) y en un local de venta de maquinaria agrícola en El Tiemblo (Ávila).
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Finalmente, el día 14 de abril, como consecuencia de la vigilancia a la que estaban siendo sometidos, les interceptaron en Tarazona (Albacete), por lo que se estableció un dispositivo en las inmediaciones de sus domicilios, lo que permitió la detención de cinco de los integrantes del grupo, para posteriormente verificar la del receptador.
Como consecuencia de las detenciones y de los registros practicados en los domicilios de los detenidos, fueron intervenidos 80 teléfonos móviles, 21 gafas de sol y graduadas, tres tablets, dos ordenadores, tres desbrozadoras, dos martillos percutores, ocho frascos de colonia, diecisiete relojes, una cámara fotográfica, 22.000 euros, diversas joyas, un inhibidor de frecuencia, así como abundante herramienta especializada para la apertura de cerraduras.
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Se estima que pudieran haber sustraído más de 700 teléfonos móviles, con un valor superior a los 140.000 euros. En cuanto al valor del tabaco sustraído, se encuentra por encima de los 77.000 euros.
Robaron cinco toneladas de queso
En el transcurso de la investigación se pudo conocer también la comisión de un robo con fuerza en una quesería ubicada en la localidad de Candeleda (Ávila), donde además de una furgoneta se apoderaron de 5.000 kilos de queso de cabra, producto que era puesto en circulación a través del receptador detenido y otros tres de menor importancia.
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Como consecuencia de las investigaciones realizadas se pudo identificar a tres receptadores de nacionalidad española, que fueron detenidos por su participación en la puesta en circulación de cientos de kilos de queso sustraídos en la quesería de Ávila.
Tras la instrucción de las correspondientes diligencias policiales, cuatro de los detenidos fueron puestos en libertad, mientras que los cinco restantes fueron puestos a disposición de los Juzgados de Instrucción de Guardia de Madrid y Coslada, acordándose sobre los mismos el ingreso en prisión.
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Estos cinco criminales ingresados en prisión son los autores materiales de los robos con fuerza, y el principal receptador que centralizaba la adquisición de los efectos sustraídos. La investigación continúa abierta, con el objeto de identificar la procedencia de parte de los efectos intervenidos, por lo que no se descarta que el número de hechos delictivos esclarecidos se incremente.
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