«Vine a Oviedo por el pincho de tortilla»

«Nací en Sevilla, en 1949. Estudié en Salamanca y, después, me marché a estudiar a Estados Unidos, donde estuve casi cinco años hasta que surgió la oportunidad de venirme a Oviedo como profesor de Bioquímica. Me vine con mi esposa, que también forma parte del negocio, aunque, desafortunadamente, ahora está enferma y no puede trabajar. En aquel momento, trabajábamos en Washington y siempre hacemos la broma de que volvimos a Oviedo por el pincho de tortilla. Las condiciones laborales no iban a ser las mismas que allí, pero hay otras cosas que también había que valorar. Hemos hecho nuestra vida felizmente en Oviedo. Tenemos dos hijas, las dos fuera. Ana tiene 34 años y es cirujana y Sofía tiene 32 y trabaja en una multinacional farmacéutica. También hemos hecho una familia académica potente. Hemos formado a casi treinta doctores, la mayoría de los cuales se han marchado para no volver, pero nos reunimos todas las Navidades. A Gotor siempre le he dicho que, incluso pasando por una situación difícil, podría haber tenido más iniciativa».