«Se acabó conducir con una copa»

«Se acabó la sensación de impunidad de conducir con una copa». El ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, y el director general de Tráfico, Pere Navarro, se han propuesto cortar de raíz desde este mismo verano el número de conductores que cogen el coche bajo los efectos del alcohol, por mínima que sea la cantidad ingerida. «En 2018 se dictaron 56.173 condenas penales por este tipo de conductas», recordó Grande-Marlaska, quien presentó el dispositivo diseñado para los meses de julio y agosto. Entre otras cuestiones, se contempla la realización de 900.000 controles de alcoholemia y consumo de drogas en carreteras.

Según estimaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT), el número de desplazamientos durante los dos próximos meses será próximo a los 90 millones (43 millones en julio y 47 en agosto), lo que significa 1,5 millones más (1,66%) respecto a julio y agosto de 2018. Un aumento que el ministro achaca a la mejor situación económica. El objetivo de la nueva campaña es «que todos vuelvan sanos y salvos de sus vacaciones» y evitar que se repitan los datos del año pasado, cuando en julio y agosto fallecieron en las carreteras españolas 260 personas, es decir, cuatro al día. En total, un 15% más que el año anterior, señaló Grande-Marlaska.

Por ello, y junto con los controles de alcoholemia, la DGT incrementará en 300 los agentes de la Guardia Civil que velarán por la seguridad y tratarán de minimizar el número de siniestros en carretera. «El año pasado, el 76% de los accidentes mortales se produjeron en vías convencionales y el 34% de los fallecidos eran usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas», destacó también el ministro.

La operación especial de tráfico comenzará esta tarde, a las 15 horas, y tendrá cuatro fases prioritarias. La primera concluirá el lunes 1 de julio, mientras que la segunda se desarrollará entre el 31 de julio y el 1 de agosto; la tercera irá del 14 de agosto al 18 de ese mes (incluye el puente del 15 de agosto) y la cuarta, del 30 de agosto al 1 de septiembre.

Entre las medidas excepcionales para este verano, Grande-Marlaska citó también el incremento en 20 del número actual de radares operativos a partir del 1 de julio, a los que se irán sumando otros 58, 15 de ellos de tramo, los cuales irán entrando en servicio conforme se tengan las certificaciones correspondientes. Por su parte, doce helicópteros sobrevolarán las carreteras de la península y de las islas y once drones ayudarán a controlar la circulación.

Habrá tres campañas especiales de vigilancia, dos de ellas enfocadas a los colectivos más vulnerables: para los ciclistas, los días 13 y 14 de julio y para los motoristas, el 27 y el 29 de ese mismo mes. La tercera campaña de control estará centrada en la velocidad y se desarrollará del 12 al 18 de agosto. «Trabajar para garantizar la seguridad vial es una obligación, deber y responsabilidad del ministerio, pero también de todos, del conjunto de la sociedad», enfatizó el ministro, «moderadamente satisfecho» por el trabajo desarrollado este año, que ha permitido reducir la siniestralidad en 45 fallecidos hasta el día de hoy.

Este operativo desplegado en las carreteras españolas también incluye una importante labor de concienciación que incluirá campañas en medios de comunicación y redes sociales enfocadas a llamar la atención sobre el drama de los accidentes y sobre los «destinos» de vacaciones a los que nadie quiere llegar: el hospital, la cárcel o el cementerio.

Para el futuro, Grande-Marlaska asumió que no se debe ser «timorato» ni tener miedo a adoptar medidas que pueden ser «aparentemente impopulares». «Al volante, arriesgar no vale la pena», ha apostillado el ministro.