El arreglo del mayor bache de la 'Y', retrasado por problemas en la ladera colindante

Años llevan los técnicos del Ministerio de Transportes batallando para solventar el bache más peligroso de la 'Y' pero el terreno acaba de oponer nuevas resistencias. La deformación se localiza en el nudo de Serín, concretamente en la calzada con tráfico hacia Avilés. Se trata de un lugar en el que confluyen unas 26.000 circulaciones diarias que llegan desde la zona de Gijón y la de Oviedo. El firme viene fracturándose desde finales de los años 70, pero en la última década el deterioro empeoró y obligó por seguridad a reducir la velocidad máxima de circulación a 100 kilómetros por hora.

Los técnicos de la Demarcación de Carreteras pidieron en 2015 permiso al ministerio para organizar unas obras que arreglen de raíz el asunto.

El problema nace de la ladera adyacente, compuesta de arcillas limosas y limos arcillosos, un tipo de material que con la lluvia se hincha y presiona a la calzada, desde el lateral pero también desde el subsuelo. El firme de hormigón armado es resistente, pero ha terminado por ceder a esa fuerza.

A principios de 2019 el ministerio encargó las obras de arreglo. De los cuatro aspirantes, se impuso la coalición de Abando y Conciso. En junio del pasado año firmaron un contrato comprometiéndose a liquidar el encargo en siete meses y 887.000 euros. Una previsión que no ha bastado.

La primera fase de las obras consiste en abrir 13 pozos drenantes en la ladera, que saquen el agua y eviten que el terreno se hinche. Una vez resuelto esto, había que cortar el tráfico, levantar la calzada y sanearla. No se ha pasado de la primera etapa.

«Es necesario tramitar un modificado para resolver la problemática surgida en la cimentación de determinados pozos drenantes asociada a la poca consistencia del terreno», detallan desde el Ministerio de Transportes. «La finalización de las obras, así como el inicio de la fase de reconstrucción del firme, dependerá de la tramitación de dicho proyecto modificado», agregan.

Los pozos abiertos se diseñaron con entre 10 y 15 metros de profundidad. Una vez afianzados, los trabajos para reconstruir el firme obligarán a restricciones de tráfico durante un tiempo de cuatro meses.

Todo indica que el avance de estos trabajos va a terminar coincidiendo con los cortes de carril necesarios para ampliar con un tercer carril del tramo Oviedo-Lugones.