Asturias recuerda a 70 de sus víctimas de la represión y reivindica su papel en la lucha por la libertad
El ministro Ángel Torres destaca la labor del «pueblo asturiano» y de los mineros de la región para «horadar la férrea estructura del franquismo» y advierte de la importancia de que los jóvenes nacidos en democracia valoren las libertad
Virgilio López fue fusilado ante los muros del cementerio de El Salvador, en Oviedo; Dolores Carpintero, condenada a 30 años de prisión; José García López Fernándin, que fue alcalde de Castrillón, fusilado en 1938 en Gijón; Manuel Cortina Camblor, de Pola de Laviana, fusilado en 1939. Y así hasta 70. Mineros, maestros, enfermeras, ferroviarios, comerciantes o simples militantes de organizaciones que defendieron la legalidad republicana y que resultaron ser víctimas de la guerra y la dictadura franquista, cuyas familias recogieron esta mañana en el Pozo Sotón una declaración de reconocimiento y reparación a las víctimas en el marco de la Ley de Memoria Democrática en una ceremonia que, con motivo de los cincuenta años de la muerte de Francisco Franco, se celebró en Asturias.
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El acto estuvo presidido por el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Torres, quien puso en valor el papel del «pueblo asturiano» y concretamente de los «mineros asturianos» para «horadar la férrea estructura del franquismo con su lucha», pero también la necesidad de proteger a la España por la que «lucharon nuestros antepasados» y de «cuidar esa perla que es la democracia sin bajar la guardia, porque puede estar amenazada». Y en este sentido ahondó en la importancia de que «los jóvenes que han nacido en democracia valoren esa suerte que no tuvieron sus abuelos o bisabuelos, que nacieron en medio de una dictadura, con un hambre producto del aislamiento de España y donde no podían expresarse con libertad, ni siquiera podían hablar en sus lenguas vernáculas». Pero también en la necesidad de luchar contra los «bulos de la ultraderecha» y quienes afirman que «con Franco se vivía mejor» para que tengan conocimiento de «lo que ocurre cuando la democracia se pierde». «Que nuestra España nunca decaiga ni caiga, y que nunca jamás olvide porque memoria es democracia», concluyó.
Los familiares y demás invitados fueron recibidos con la música de los Gaiteros del Carbón y la ceremonia, colmada de historias cargadas de lucha pero también de dolor e injusticia, arrancó con una emotiva interpretación de 'Santa Bárbara Bendita' a cargo de Música Antiqva y estuvo salpicada de intervenciones musicales muy aplaudidas, como la de Marta Elola interpretando 'Aída de la Fuente' con la actuación de la Escuela de Danza 'Mar de violetas'. La delegada del Gobierno, Adriana Lastra, fue la encargada de arrancar el acto «en el corazón de Asturias, tierra que nunca agachó la cabeza». La entrega de diplomas a las familias de las 70 víctimas concluyó con un aplauso especialmente cariñoso para María Aida Torrijos, presente en el acto, que siendo apenas una niña de seis años tuvo que exiliar con sus padres a Francia.
El acto, que contó también con la intervención de José Ramón Fernández, presidente de la Asociación Memorialista de Asturias, y la presencia de la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González, lo cerró el presidente del Principado, Adrián Barbón, quien entiende que con este reconocimiento «nos reafirmamos en que Asturias jamás se resignará a borrar las huellas de quienes defendieron la legalidad republicana, la justicia social y la democracia» e insistió en que «el tiempo del silencio ya pasó». «Que no nos pidan que sigamos callados», reclamó, para recordar que la memoria es un deber y una obligación moral con las víctimas y sus familias.
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