Asturias registró 21 muertes en las carreteras, la segunda región donde más descendieron

La Navidad avanza sin accidentes mortales en las carreteras en Asturias, comunidad que cerró el año con 21 fallecidos en vías interurbanas. Lo recoge el balance provisional de la Dirección General de Tráfico (DGT), documento que presenta en los primeros días del año el ministro del Interior de turno y sirve más para saber la evolución de la siniestralidad que sus dimensiones. El motivo es que el informe se confecciona solo con los decesos registrados en las 24 horas posteriores a cada accidente, lo que deja fuera aquellos casos de víctimas que pierden la vida en el hospital. Tampoco incluyen los infortunios ocurridos en vías urbanas.

El resultado se queda así corto y basta como prueba lo ocurrido con 2018. En el primer balance la DGT cifró en 32 los fallecidos en vías interurbanas asturianas y dentro de las 24 horas posteriores al accidente. A mediados de año el departamento ya disponía de una imagen más completa, por lo que elevó a 43 los decesos tanto en vías urbanas e interurbanas, con la particularidad de que cerró la suma con las desgracias ocurridas en los 30 días posteriores a cada siniestro. Solo el Instituto Nacional de Estadística (INE) hace recuentos que van más allá de ese límite y pregunta hospital a hospital, algo que le consume once meses de tarea. Cuando terminó el repaso de 2018 resultó que en Asturias en realidad fueron 49 las personas que perdieron la vida en accidente de tráfico en 2018, un 53% más de las que sugería aquel balance provisional. Hay diferencias por tanto entre este primer recuento del año y los que le sucederán ampliando el espectro. Pese a ello, aplicar la misma metodología cada comienzo de año sí permite hacerse una idea de cómo evoluciona la siniestralidad, y en lo tocante a 2019 y a Asturias, el resultado es de una progresión favorable. Esas 21 desgracias mortales en vías interurbanas y en las primeras 24 horas suponen la segunda menor cifra de la última década.

Si la vista se pone en el curso anterior, resulta que la cifra de fallecimientos menguó en Asturias un 34,4%. Es el segundo descenso más acusado del país, solo por detrás de Cantabria, que atajó en un 40% las decesos en carretera, si bien hay que hacer un matiz. La estadística de 2018 fue excepcionalmente alta en la región por la tragedia del autobús de Alsa que se estrelló contra un pilar cuando se dirigía a Avilés.

Con todos los matices, la evolución es favorable, más si se tiene en cuenta las alarmas que lanzó ayer el ministro Fernando Grande-Marlaska y el director general de Tráfico, Pere Navarro, en su comparecencia.

A nivel nacional se logró la cifra de muertos en vías interurbanas en las primeras 24 horas más baja desde que empezaron a recoger estos datos, en 1960. El mínimo histórico no empaña que en Madrid se dispararon un 87,5% estos fallecimientos, pasando de 48 a 90. Preocupa también el repunte nacional de motoristas fallecidos, un 21,6% más que en 2018. Además, el 20% de quienes perdieron la vida en coches y furgonetas no llevaba puesto el cinturón de seguridad. «Se podría haber evitado cerca del 50% de esas muertes», indicó el ministro.

Las víctimas de accidentes y los especialistas reclamaron que para seguir mejorando, la DGT aplique una política de mano dura el uso del teléfono móvil entre los conductores.