«No perdemos la esperanza, pasan los días y se hace muy difícil, pero la esperanza aún está ahí». Casimiro Torre, el padre de Lorena, la vecina de Gijón de 40 años desaparecida hace ocho días, siguió a pie de costa durante la mañana de ayer las labores de búsqueda en la que participaron agentes de la Policía Nacional, Policía Local, voluntarios de Protección Civil y los helicópteros de Bomberos de Asturias y el Helimer Cantábrico.
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El hombre, hermano de Graciano Torre, exconsejero de Industria, y tío de Nino Torre, diputado de la Junta General del Principado, se mostró muy agradecido por los trabajos realizados por los investigadores y por todos los esfuerzos de los voluntarios y personal de los servicios de emergencias. Agradecido porque no hayan dejado de rastrear ni un solo día la costa en busca de alguna pista de su hija. «Confío plenamente en la investigación de la Policía, están haciendo todo lo que pueden y sé que no pararán hasta que sepamos algo», afirmó.
La exhaustiva búsqueda, desde El Rinconín a Peñarrubia, no dio resultados
Citados a las 10.30 horas en las inmediaciones de casa de Rosario Acuña y dirigidos por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón, los agentes de la Policía Local y un nutrido grupo de voluntarios de Protección Civil, peinaron los acantilados y las playas hasta las inmediaciones del restaurante Bellavista, donde fue encontrado el coche de la desaparecida horas después de que saliese de su puesto de trabajo en Alcampo.
«No tenía ningún problema aparente, que nosotros supiésemos...», decía Casimiro con la preocupación reflejada en la cara. La angustia y la falta de noticias hacen mella en la familia. «La buscamos en el mar, pero sin certezas de que esté ahí», dijo.
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Sin indicios de criminalidad
La principal vía de investigación de la Policía, no obstante, es que se trata de una acción voluntaria. Todos los trabajos y pesquisas llevadas a cabo hasta el momento descartan cualquier indicio de criminalidad. Lorena no estaba a tratamiento psiquiátrico, no dejó ningún mensaje de despedida y tampoco tiene antecedentes de intento de suicidio. Su familia no era conocedora de que estuviese atravesando un mal momento personal, si bien en su ordenador personal los policías encontraron rastros de búsquedas sobre cómo quitarse la vida.
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Después de horas en el que se rastrearon acantilados, rocas y cualquier recodo en el que poder encontrar alguna pista, los resultados fueron negativos. La búsqueda continuará durante los próximos días.
Lorena Torre vive con sus padres en el barrio de El Coto y trabaja desde hace años como cajera en Alcampo. Según sus allegados es una persona muy metódica, por lo que la tardanza en la hora de llegada a casa puso en alerta rápidamente a sus familiares. La desaparición fue tomada desde el inicio como inquietante.
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