Calvo ve «urgente» actuar para frenar la ola de argayos que afecta a las carreteras

Desmoronamientos de taludes de cariz más o menos graves afectaron ayer a carreteras de toda la región, ocasionados en su mayor parte por el efecto de tantas jornadas seguidas de lluvia en la capacidad de sustentación de los taludes, tanto menor cuanto más inclinados o con materiales más disgregados.

Ayer se registraron nuevos argayos de relevancia en Candamo, donde el hundimiento de la plataforma de la calzada ha dejado cortada de manera indefinida la carretera AS-353 entre Cuero y el Puente de Peñaflor, con vías alternativas la AS-237 y el Puente Sandiche. No genera grandes inconvenientes al tráfico general, pero este argayo es buena muestra de lo antes expuesto.

También lo es la importante fractura de la carretera local langreana LA-7, que da acceso a La Nueva desde Ciaño. De nuevo, la plataforma que sustenta la calzada cedió al disgregarse el terreno de la antigua escombrera de Hunosa debajo de ella, generando importantes grietas en el firme, con fracturas de más de un metro de anchura.

Ayer, el viceconsejero de infraestructuras, Jorge García, se desplazó hasta el lugar junto a la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, y responsables de Hunosa y la Confederación Hidrográfica, porque la escombrera que soporta la carretera sigue en movimiento, dada la gran infiltración de agua en un terreno intrínsecamente inestable, por su gran disgregación. En ese sentido, Jorge García anotó que en este caso «es un argayo más complejo que los demás».

La consejera de Presidencia, Rita Camblor, por su parte, activó a las dos de la tarde el Plan Territorial de Protección Civil (Platerpa) en su fase de emergencia y situación 0, a la vista del deslizamiento de ladera de Pampiedra, y «ante la posible evolución desfavorable» de este derrumbamiento u otros que afecten a las redes viarias asturianas.

La zona afectada está cerca del argayu que el miércoles cortó el acceso a las localidades de Pampiedra, Vistalegre, La Corra, El Fresnedal, El Carril, El Salguiu, La Canga, El Corralón y La Texuca por la LA-8. Los vecinos ya han recuperado el servicio de electricidad.En el oriente de la región también hubo varios hundimientos ayer, con daños en carreteras como la PO-1, que San Juan de Beleño y Sobrefoz. Una grieta la atraviesa, si bien por el momento la circulación sigue siende posible. Hubo otros argayos en la Vega de Linares, la carretera que une Camangu y el polígono y un blandón en Sardéu (Ribadesella).

El consejero de Medio Rural y Cohesión territorial, Alejandro Calvo, anotó ayer que «hemos puesto en marcha un programa que determinará umbrales de seguridad tanto para nuestros trabajadores como para los usuarios de las vías. Y dispondremos de partidas específicas que están en el presupuesto del próximo año e ir avanzando en ese sentido». Calvo admite la «necesidad» de afrontar este problema que «está empeorando y tenemos que abordarlo con la mayor urgencia».

Algunas medidas se están probando ya en el complejo derrumbamiento registrado en la AS-15 en Soto de la Barca. Calvo detalló algunas: «Por ejemplo, la utilización de drones para la analizar el nivel de riesgo. Ya hemos hecho alguna actuación preventiva y así lo vamos a seguir haciendo para garantizar al máximo la seguridad en las vías».

Respecto a este argayo, que mantiene cortada la principal vía de comunicación entre el Suroccidente y el centro de la región, Calvo anotó que «ya se han afianzado los posibles desprendimientos. Se está extendiendo una malla de seguridad para asegurar en altura ese primer desprendimiento. En cuanto eso esté disponible, se abrirá un carril. Se evaluará día a día cómo está. Podremos adecuar la parte deteriorada de la vía y abrir el segundo carril. Nuestro objetivo inicial era esta semana. Se retrasará los días o las horas que el temporal nos impida trabajar».

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