El Carmín recupera su romería: la más esperada de Asturias
Mientras los hosteleros preparan las barras, los romeros comienzan a llegar a la localidad para disfrutar de la sesión vermú previa
MÓNICA RIVERO
Lunes, 18 de julio 2022, 15:33
Al prau de La Sobatiella se sube a las cinco de la tarde. Pero El Carmín de la Pola empieza mucho antes. A las once de la mañana ya eran muchas las terrazas que comenzaban con el montaje de las kilométricas barras que esta noche darán de beber a miles de sedientos romeros. La idea, apuntan los hosteleros como Adrián Álvarez, propietario del popular bar El Mini de Les Campes, es tener todo listo para la bajada de la parcela. «Hoy va a ser un caos», aventuraba Rufino Riestra en la plaza Argüelles.
No habían dado las doce y ya eran decenas las personas que, ataviadas con la clásica camiseta blanca –en muchos casos decorada con mensajes socarrones-- y el pañuelo azul carminero, esperaban en las inmediaciones del Mercado de Ganados. «Pensábamos que abría antes y quisimos ser previsores y buscar donde aparcar», explicaban cargados con mochilas y neveras llenas de bebida Raquel Matos, Marina del Busto y Cristian Cedillo, recién llegados desde Gijón y Corvera.
Unas previsiones mucho más comedidas y el contante desembarco de romeros de fuera del concejo arrasaron con las existencias de pañoletas oficiales de la celebración. «Se nos han acabado», lamentaban desde la Sociedad de Festejos polesa en su puesto de la calle San Antonio. Una «falta de previsión» para muchos.
Veteranos y noveles
Las terrazas llenas auguraban una animada sesión vermú para calentar motores. Convergían veteranos y noveles de la festividad, como Emma Martínez de 15 meses y el veterano grupo de veintitantos conformado por los miembros de la tertulia Los Ñerbatos, entre los que calculaban que suman «más de 500 carmines». «Hemos conocido ya cuatro o cinco praos y el de La Sobatiella es el más guapo», aseguraba José Emilio Suárez, 'Mimí', con la intención de volver este año. «Ya había ganas», coincidía con sus compañeros.
Se notaba. En una mesa cercana se arrancaban a cantar otros míticos de la vida polesa, Los Pepitas, quienes durante muchos años animaron la subida al Carmín junto a la peña Los Cascaos.
Es una fiesta especial. «Aunque la haya vivido dos años sigo flipando, me encantaría que mis padres pudieran venir a verlo, en nuestra cultura esto no existe», aseguraba Ellie Garham, natural de Inglaterra y la madre de otras dos primerizas, Holly y Lily Fonseca, de 4 y 20 meses respectivamente. El plan, el de otros tantos: tomar el vermú, comer en casa rápidamente y visitar la romería con el estómago y el corazón ya llenos.