Con la octava corona en el punto de mira
Los Restallones abogan por arriesgar: «No nos va eso de ir de vaqueros o policías»
ÓSCAR PANDIELLO
Viernes, 24 de febrero 2017, 02:55
«Llegó un momento en el que mi familia y yo nos cansamos de ver el Antroxu desde la acera. Eso fue hace 16 años y, desde aquélla, lo vivimos siempre desde dentro». Francisco José Rodríguez, presidente de Los Restallones, recuerda los inicios de la charanga con cariño. Aunque no sean una de las formaciones más veteranas, el tiempo les ha afianzado como uno de los grupos que más espectáculo ofrece. «En estos años hemos ganado siete primeros puestos en el concurso de charangas. Obviamente, no es algo que nos obsesione, pero siempre espolea para renovar la fuerza para el año siguiente», observa. Este año, la fórmula que emplearán para seducir a público y jurado sobre las tablas del Jovellanos ya está totalmente perfilada. Los ensayos, eso sí, se han vuelto frenéticos estas últimas semanas, llevando «una vorágine de actividad y ruido» al centro social de Santa Bárbara, donde practican desde septiembre. «Es una descarga de adrenalina impresionante. Las prisas y los últimos retoques son una de las cosas que, a la larga, acaban enganchando. Da igual que caiga a principios o a finales de mes, siempre te ves envuelto en este barullo», explica Rodríguez.
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Como adelanto, desde la charanga afirman que tanto los colores y como la sátira política son innegociables. Sus disfraces, caracterizados por dejar atrás lo figurativo y situarse en un contexto fantástico, volverán a ser de los más llamativos del desfile. «No nos va eso de ir de vaqueros o policías. Preferimos arriesgar un poquito», explican. Para materializar el proyecto, que siempre se empieza a plantear a renglón seguido del Antroxu que termina, cuentan con 45 miembros venidos de todo Gijón. «De El Coto, La Calzada, del centro... Precisamente de Santa Bárbara, donde nos tratan como en casa, no hay nadie. De hecho, tenemos dos incorporaciones nuevas venidas de Colunga y Caravia», relata el presidente.
La juventud, implicada
Entre los integrantes de la charanga, como en botica, hay de todo. Desde estudiantes a jubilados, pasando por veteranos y primerizos del Antroxu. «Algunos vamos haciéndonos mayores y por eso es importante que los jóvenes entren fuerte. Mi padre, con 78 años, es el más veterano. Otros, por ejemplo, llevan desde los tres hasta los diecinueve años con nosotros. Siempre presta ver a la gente implicada», sostiene.
El domingo les tocará defender en el Jovellanos el trabajo de los últimos meses. En los desfiles a cielo abierto, compartirán su energía con todos los vecinos de la ciudad. «Hay que tomar las calles, disfrazarse y montar barullo. El Antroxu merece disfrutarse como la gran fiesta que es», concluye Rodríguez.
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