El cierre de Asturias en el puente festivo divide a la Junta

La apuesta de Adrián Barbón por mantener el cierre perimetral de Asturias en Semana Santa y anunciarlo con casi un mes de antelación ha vuelto a dividir a los grupos parlamentarios. Mientras PSOE, Podemos e IU respaldan la decisión por considerarla «sensata» para evitar una nueva ola y «fundamental» para el control epidemiológico, las fuerzas de la derecha discrepan. Si bien entienden que deben adoptarse las medidas restrictivas que aconsejen los expertos en sanidad, coinciden en recriminar al jefe del Ejecutivo autonómico que condicione la actividad económica de Asturias de forma «preventiva» y sin tener en cuenta la situación epidemiológica que, entienden, podría cambiar para bien o para mal de aquí a Semana Santa. Unas valoraciones que se hacían en Asturias mientras la Comisión Nacional de Salud Pública, en la que se encuentran representadas todas las comunidades y el Ministerio de Sanidad, acordaba no bajar el nivel de alerta en Semana Santa aunque los indicadores en las próximas semanas sean favorables. Un acuerdo que deberá ahora ser ratificado por el Consejo Interterritorial.

La postura del PSOE es clara al respecto. «Deben adoptarse todas aquellas medidas que se consideren más efectivas para evitar retrocesos en el control de la pandemia y asegurar así que la recuperación económica y social llegue pronto y en las mejores condiciones», zanja la portavoz del grupo parlamentario, Dolores Carcedo. Respalda también este criterio Podemos, que califica de «sensata» la solicitud de cierre perimetral por parte del Gobierno autonómico y «fundamental» para el control epidemiológico. Eso sí, como añade la portavoz del partido, Covadonga Tomé, esta propuesta debe ir acompañada de «medidas claras sobre cómo debe hacerse este cierre» y también de un «refuerzo indispensable de las ayudas para todos los sectores que se verán una vez más perjudicados por el cierre y la pérdida de la campaña de Semana Santa». También Ovidio Zapico, diputado de IU, muestra su respaldo a mantener el cierre perimetral durante la Semana Santa «con las medidas de acompañamiento necesarias para minimizar el impacto de las restricciones sobre el tejido productivo». Para el parlamentario, «la economía no puede ir en dientes de sierra» y sería una «estupidez» abrir en el puente festivo si luego hay que estar cerrados hasta julio.

Al otro lado se encuentran las fuerzas de la derecha, empezando por el principal partido de la oposición. La portavoz del PP, Teresa Mallada, insiste en que las restricciones deben adoptarse en base a «indicadores sanitarios» y no de forma arbitraria. «Hay mucho en juego y exigimos que si los datos van mejorando, las restricciones se vayan relajando». También Adrián Pumares, portavoz de Foro, recrimina que se adopten cierres «preventivamente» antes de conocer la situación epidemiológica que habrá en Semana Santa y pide además una mayor promoción del turismo interior para fomentar la actividad del sector. Mucho más crítico se mostró Vox. El portavoz del grupo, Ignacio Blanco, cree que la decisión de Barbón a un mes vista «nos ha confirmado que además de epidemiológicos, cuenta con un equipo de videntes y futurólogos, que le han remitido un informe sobre la futura situación de la pandemia en Semana Santa».

En el medio se sitúa la postura de Ciudadanos, que transmite su portavoz, Susana Fernández, quien, estando de acuerdo en que «los indicadores recomiendan reducir la movilidad», muestra su preocupación por la decisión de Barbón de forma unilateral, antes incluso del acuerdo nacional. «O todos abiertos, o todos cerrados», exige.