Comienza el curso más caro que completa la implantación de la nueva ley

Aprenden, juegan y se divierten. También hacen amigos y se les educa en valores para construir una sociedad más preparada e inclusiva. Pero para muchos de ellos es el día menos deseado del año. Después de que el pasado día 1 los profesores volviesen a los centros educativos, hoy es el turno de los alumnos. Más de 100.000 estudiantes (los datos oficiales los aportará hoy la consejería) de todas las etapas, de Infantil a Bachillerato, se incorporan a las aulas en un curso marcado por la vuelta al cole más cara de la historia (con una media de 1.000 euros de gasto por alumno) y un curso en el que concluye la implantación de, la LOMLOE, al aplicarse en los cursos pares.

Aunque los centros educativos ya cuentan con el bagaje del año pasado, cuando los docentes se dedicaron fundamentalmente a formarse en la educación por competencias y los trabajos por proyectos, este año «continúa siendo un reto» porque plantea un cambio en el paradigma educativo al apostar por un enfoque que se abre a «la utilización de metodologías activas que favorecen que el alumno adquiera un mayor protagonismo y autonomía en su propio aprendizaje», señala Simón Cortina, director del colegio Corazón de María (Codema), en Gijón. Un cambio que «no es fácil y llevará su tiempo», asegura.

También se volverá un eje central en las tareas del profesorado la gestión de la convivencia y el bienestar emocional de los alumnos. Algo que ya están poniendo en marcha en el colegio público Marcelo Gago, en Avilés, donde han desarrollado un proyecto de innovación que busca detectar las necesidades de bienestar en el alumnado a partir de grupos interactivos en los que ellos mismos puedan decir cómo se sienten en el colegio. «Faltaba escuchar las necesidades de los niños», apunta Javier Sarasola, director del centro, quien indica que este proyecto servirá para «modificar el reglamento de régimen interno con las cuestiones que ellos consideren que hay que mejorar». Además, contará con la presencia de Marián Moreno, referente en coeducación en España.

En lo que respecta al Bachillerato, profesores y alumnos afrontan hoy el inicio de las clases con el alivio de que el Ministerio de Educación haya decidido aplazar la nueva EBAU para el próximo curso 2024-2025, de tal modo que todavía «tenemos un año para poder adaptarnos tranquilamente», anota Juan Carlos Ayllón, director del IES Jovellanos de Gijón. Tras haberlo hecho el año pasado en primero de Bachillerato, este curso cambia la dinámica de segundo, donde los contenidos pasan a denominarse saberes básicos y habrá que afrontarlos de forma menos teórica y más práctica. Sin embargo, hay una dificultad que preocupa a algunos profesores. Y es que tendrán que implementar la LOMLOE y sus metodologías, pero «a final de curso el alumno se va a encontrar con una EBAU que será tradicional y memorística y que no se corresponderá con el enfoque y la evaluación competenciales que se han trabajado con ellos el curso pasado, en primero de Bachillerato, y ahora en segundo», explica el director del Codema.

Otras de las novedades a las que tendrán que hacer frente los docentes son la implantación del nuevo programa 'habLE', que sustituye al programa de bilingüismo (inglés) de 2014, así como la digitalización de los centros y la acreditación de la competencia digital.

Comienza así un curso en el que habrá centros que todavía no tengan a todos sus docentes (unos 12.000 en total), al tener lugar la segunda convocatoria de interinos mañana mismo. Y, por primera vez desde 2021, tampoco contarán con el profesorado de refuerzo covid, lo cual supone «dejar de prestar un servicio a un alumnado que lo necesita», remarca Javier Sarasola.

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