Adrián Barbón prepara una amplia renovación en la ejecutiva de la Federacion Socialista Asturiana

El presidente del Principado llega al congreso del próximo fin de semana sin la necesidad de haberse sometido a un proceso de primarias, puesto que, a diferencia de otras federaciones, no ha habido un aspirante que decidiera 'retarle' al voto de la militancia. Eso refrenda el liderazgo de Barbón como líder de los socialistas asturianos, asumido en 2017 tras imponerse al gijonés José María Pérez. Desde entonces, el secretario general de los socialistas asturianos se ha mantenido al frente de la FSA, reforzando ese liderazgo con sus victorias electorales para la Presidencia del Principado (2019 y 2023).

Los ocho años de liderazgo al frente de la FSA han sido, aparentemente, plácidos, en un partido donde años atrás las guerras internas estaban a la orden del día. La famosa 'pax barboniana', término que algunos socialistas han venido utilizando para referirse a este periodo de estabilidad interna, es real. Pero con matices. En esta última etapa, sobre todo desde 2023, han ido surgiendo algunas voces críticas en la Federación Socialista Asturiana con la gestión de la ejecutiva. Los resultados en las elecciones municipales de 2023, con un importante retroceso del PSOE con la pérdida de alcaldías importantes –el batacazo en el suroccidente, Gijón, Ribadesella o Langreo, por ejemplo– y, sobre todo, el pacto de gobierno con IU-Convocatoria por Asturies ya dejaron claro que esa 'pax' no era tan inquebrantable.

También internamente han surgido voces con la falta de respuesta política desde la FSA a cuestiones vitales para la región, como las dudas sobre el futuro industrial de la región. A esas diferencias le puso nombre y apellidos hace un mes el SOMA. El sindicato minero, que mantiene una importante influencia en la FSA, criticó la posición del Principado respecto al conflicto de Hunosa y arremetió contra la «nula política industrial del Gobierno de Asturias y de Moncloa».

Y en este escenario llega Adrián Barbón al 34 congreso de los socialistas asturianos. Su liderazgo no se pone en cuestión, pero sí es consciente de que el partido necesita un revulsivo interno y cambios para dar respuestas al proyecto político que el PSOE quiere desarrollar en los próximos años y dar respuesta a los retos inminentes que debe afrontar la región.

Del cónclave del próximo fin de semana saldrá la nueva ejecutiva de la FSA. El presidente del Principado lleva tiempo perfilando qué dirección. No la tiene cerrada aún, sigue dándole vueltas, pero según pudo saber EL COMERCIO será una dirección muy renovada.

Las quinielas ya están en marcha, pero se esperan muchos cambios. Entre los socialistas sólo se da por segura la continuidad en la ejecutiva de Adriana Lastra. La delegada del Gobierno y vicesecretaria general de Acción Política forma parte del círculo más estrecho del presidente del Principado y seguirá siéndolo. No se descarta que asuma también en la nueva ejecutiva las áreas de Organización, que ahora gestiona Rita Camblor.

Dentro de esa profunda renovación que prepara Barbón se encuentra también la posibilidad de que en la nueva dirección se incorporen miembros de su Gobierno. Hasta ahora, el presidente del Principado optó por dejar fuera de su ejecutiva a consejeros, como ocurrió con Enrique Fernández en su etapa de consejero de Industria en la legislatura anterior o de la vicepresidenta Gimena Llamedo en la presente.

Entre los nombres que aparecen en las quinielas para la nueva ejecutiva se encuentra el del portavoz del Gobierno y consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, y el de Fomento, Alejandro Calvo. Fuera del Ejecutivo, otros nombres de posibles incorporaciones que empiezan a sonar es el de la portavoz del PSOE en la Junta General, Dolores Carcedo.