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Coronavirus en Asturias | La caída de viajeros por el miedo a la covid hunde el transporte público entre Asturias y Madrid

Las compañías reducen sus servicios a la tercera parte y la 'guerra' por captar usuarios hace que ir en avión llegue a ser más barato que en bus

RAMÓN MUÑIZ

GIJÓN.

Domingo, 27 de septiembre 2020, 02:01

El miedo a compartir asiento con un desconocido y contagiarse está hundiendo al transporte público. Los trenes de cercanías mueven un 35% menos de viajeros que antes de la pandemia, mientras Alsa dice haber recuperado a solo el 61% de su clientela habitual en las líneas urbanas y a un 53% en las regionales. El fenómeno se ha trasladado al corredor con Madrid, donde la escasez de usuarios propicia una guerra en la que en ocasiones es más barato coger un vuelo que recurrir al autobús.

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Por partes. Antes de que la covid-19 instalara ese temor, en un día laborable normal los asturianos disponían de al menos 23 frecuencias para ir en transporte público a la capital. La programación incluía cuatro servicios Alvia de Renfe, cartelera que a veces se quedaba corta y motivaba las reclamaciones para poner un tren más. En el aeropuerto Iberia aseguraba cinco frecuencias, mientras Air Europa había roto su monopolio sumando otras cuatro. En la carretera, Alsa disponía de una oferta de diez servicios, si bien al ser el modo más flexible podía ampliarla hasta los 14 buses al día.

En total, la vieja normalidad daba al menos 23 opciones al día para ir a Madrid sin usar el coche privado. Han pasado tres meses desde que concluyera el estado de alarma y la movilidad sigue sin ser lo que fue. Quien este jueves quisiera planificar su desplazamiento en transporte público la próxima semana encontraba reducida la oferta un 65%, con apenas ocho frecuencias en jornada laboral entre los tres modos.

Cambio de hábitos

El mayor recorte se vive en el aeropuerto, donde solo Iberia resiste, con dos vuelos diarios; es un 78% menos que antes y eso complica ir y volver en el día. Alsa ofrecí a el jueves pasado cuatro servicios al día, de los que dos hacen 15 y 25 paradas en su recorrido. El viernes reordenó la cartelera y empezó a despachar en su web billetes para la capital en un quinto horario, si bien otro de los servicios directos pasaba a requerir de transbordo. El único operador público en el corredor, Renfe, se mantiene con dos servicios Alvia en jornada laboral. El viernes hay un Intercity que viene de Madrid y hace el regreso el domingo pero a cambio el sábado solo deja un tren por sentido.

Hay que remontarse muchas décadas para dar con una cartelera tan pobre, pero lo cierto es que las empresas tienen pocos incentivos para ampliarla. En agosto el tren movió un 62% menos de viajeros que un año antes, el autobús está un 68% por debajo de su nivel y el avión, igual.

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De prolongarse la situación se avecina una reconversión en un sector donde la pugna empieza a tirar los precios. El jueves los sencillos más baratos de Iberia entre Asturias y Madrid para la semana que ahora entra iban desde los 31 euros (el jueves) a los 54 (el lunes). Alsa en su web tenía todos sus asientos desde Gijón en 37,2 euros mientras Renfe mantenía plazas en 31,2 euros. Se diría que nunca fue tan difícil ir la capital, ni tan barato.

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