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Mario Margolles, el pasado jueves, en Oviedo. MARIO ROJAS
Coronavirus en Asturias | «Tenemos que seguir ganando tiempo y evitar muertes hasta que haya vacuna»

Coronavirus en Asturias | «Tenemos que seguir ganando tiempo y evitar muertes hasta que haya vacuna»

Mario Margolles | Coordinador del Observatorio de Salud del Principado ·

«Sabemos el daño que ha generado el aislamiento en las residencias, pero había que optar entre la vida social o la vida. La letalidad bajó al 12%»

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Domingo, 27 de septiembre 2020, 01:53

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A Mario Margolles (Gijón, febrero de 1959), licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo, funcionario del Principado desde 1990 y en la actualidad coordinador del Observatorio de Salud, le preocupan los mayores, los más vulnerables en esta crisis sanitaria. Consciente de que el aislamiento y las restricciones a los usuarios de residencias están teniendo consecuencias en su estado de salud, defiende que las medidas adoptadas son la mejor forma de garantizar su supervivencia.

-Entre otros cargos, ha sido jefe de Vigilancia Epidemiológica. Sabe de virus un rato. ¿Pocos le han preocupado como este?

-La verdad es que hemos tenido epidemias bastante intensas que nos han puesto al límite en la consejería: una de sarampión con 5.000 casos en 1991, una de meningitis en 1997, el ébola en 2015... pero ninguna que haya impactado socialmente tanto como ésta. Y que haya generado más de 400 muertes, tampoco.

-Ya estamos en la segunda ola. ¿Qué se puede esperar de las próximas semanas, seguirán subiendo los casos?

-El razonamiento científico nos dice que van a subir, y mucho. Otra cuestión es el impacto y las consecuencias de esa subida.

-¿A qué se refiere?

-En términos de mortalidad, por lo menos en las primeras semanas, creemos que la enfermedad no va a tener el mismo impacto que en los meses de marzo, abril e incluso mayo. Porque la población a la que está afectando ahora son jóvenes en los que la patología es ninguna o leve. El virus no está entrando todavía en las poblaciones de mayor edad, las que tienen más riesgo de complicaciones y necesidades hospitalarias y de UCI.

-¿Pero acabará entrando?

-Pues si no conseguimos contenerlo en las primeras semanas... El virus es como el agua, llega a todos los sitios. Llegará a esas personas mayores y habrá que protegerlas de manera adecuada. En esta segunda ola tenemos menos letalidad general, porque la mayoría de los casos se dan en jóvenes, pero cuando la enfermedad aparece en personas mayores, los problemas aumentan. Todas las muertes en esta segunda ola han sido en esas edades.

-Habla de proteger a los mayores. ¿Qué medidas que no se hayan tomado se pueden adoptar?

-En la primera ola se tomaron medidas que fueron muy eficaces. Los confinamientos focalizados, los cierres de residencias y los cribados masivos entre residentes y trabajadores han sido muy útiles para mantener la mortalidad en las residencias en un 2%, cuando en algunas comunidades ha llegado al 30%. Las medidas funcionaron. Fueron duras, pero a veces estas son necesarias cuando la situación es compleja.

-A la plataforma de familias del ERA las medidas previstas en el protocolo le parecen anticonstitucionales. ¿Es imposible compatibilizar el cuidado de la salud con la libertad de movimientos en las residencias?

-Es una pregunta difícil. Yo, que soy un impulsor de las medidas restrictivas, no creo que lo sea de la limitación de los derechos constitucionales. La nuestra no es una interpretación jurídica, sino epidemiológica. Lo que sabemos es que esta es una enfermedad que se transmite por la proximidad de las personas. Eso se puede resolver de varias maneras, todas complementarias: uso de mascarilla, distancia social y evitando los contactos. En las personas mayores eso significa restringir visitas, salidas y contactos. Porque hay que optar entre la vida social o la vida. Es enormemente doloroso para quienes hacemos esas propuestas, porque también tenemos padres y suegros sujetos a esas indicaciones. Y sabemos el daño que ha generado el aislamiento en una residencia: daños cognitivos, problemas de deterioro... pero esas medidas han sido enormemente útiles. En Asturias solo han fallecido 275 residentes.

¿Por qué en los geriátricos?

-Si a un anciano que viva en su casa no se le confina ni se prohíbe a la familia visitarle porque un vecino haya dado positivo, ¿por qué se hace con uno que reside en un geriátrico?

-Porque en un geriátrico viven cien, doscientas personas que comparten espacios, a veces hasta los baños. Eso en un edificio de viviendas no sucede. En Asturias, si una persona residente enferma, tiene un riesgo de fallecer del 33%. Con los confinamientos hemos conseguido reducir hasta un 11% o 12% esa letalidad.

-¿Ya no tenemos solo casos importados, no?

-Estuvimos 25 días exentos de virus. Después, alguien nos lo trajo. Pudo ser un turista, un asturiano que estuvo fuera y lo trajo de vuelta o ambas opciones. Ahora el virus ya es autóctono y deshacernos otra vez de él va a ser un trabajo muy intenso. En la primera ola tuvimos una herramienta muy eficaz: el confinamiento de casi dos meses. Ahora, sin confinamiento, es evidente que va a haber transmisión comunitaria.

-¿De momento no la hay?

-Bueno, lo que está pasando en Asturias es una transmisión comunitaria. No está descontrolada, pero existe. Si desconocemos cómo llegó el virus de una persona a otra eso indica que no podemos controlar determinado tipo de transmisiones. Por eso se toman medidas como la declaración de alerta naranja.

-Esta semana, la de Laviana se amplió a Langreo y San Martín del Rey Aurelio. ¿Tan delicada es la situación?

-Lo hacemos pensando más en la capacidad de difusión del virus. Porque, aunque haya poca incidencia, el riesgo de difusión puede ser alto y eso es lo que ocurre en el Nalón. San Martín del Rey Aurelio no tiene tanta incidencia como Langreo o Laviana, pero está en medio, con una gran circulación de personas. Por eso se tomó la decisión de controlar el proceso en los tres concejos.

-¿En los cinco concejos del oriente donde se aplicó en agosto se vio pronto su efectividad?

-Sí, a los quince días la intensidad se redujo a la mitad y ahora mismo, a un 35%. Y la mayor parte de los casos que están apareciendo son de origen familiar, que no generan tanto riesgo como un brote comunitario. En Laviana probablemente sea más complicado, porque hay muchísimos más casos de los que había en el oriente, pero tiene la ventaja de ser un valle relativamente cerrado en el que no hay tanta movilidad.

-¿Hay más municipios susceptibles de entrar en alerta naranja?

-De momento no vemos que sea necesaria en ningún otro sitio.

-Localíceme en el mapa los quince brotes actuales.

-Cuatro en Gijón, tres en Avilés, dos en Laviana y uno en Oviedo, Langreo, Ribadesella, Llanes, Valdés y San Martín del Rey Aurelio.

-¿Qué sabemos de su origen?

-Son brotes relacionados con una sidrería y una hamburguesería, pero también con una entidad bancaria, una iglesia evangélica o una fiesta de cumpleaños, con dieciséis casos. El más numeroso es el brote de Avilés, asociado con varios bares, con 52 casos; el último, diagnosticado el martes. También hubo otro brote, en un tanatorio, con 24 casos.

La diferencia asturiana

-Asturias es una isla en el panorama nacional. ¿Qué ha influido para tener las tasas de incidencia más bajas del país?

-Tener un sistema autónomo de realización de PCR ayudó al diagnóstico precoz de casos sospechosos. Tenemos una tasa de PCR realizadas muy buena. Pero en el País Vasco esa cifra es superior y tienen, sin embargo, siete veces más incidencia, lo que demuestra que no es la única medida efectiva. Otra cuestión importante es que tardamos tres horas en saber todos los casos que aparecen cada día y a partir de ahí ya estamos actuando. Si puedes detectar los casos estrechos de un caso y los puedes aislar en uno o dos días evitas la diseminación del virus. Luego está la respuesta asistencial, que quizá no esté siendo tan importante en esta segunda ola como lo fue en la primera. No evita los casos, pero sí los fallecimientos. Además, en Asturias hemos sido muy estrictos en la aplicación de medidas, como las relativas al ocio nocturno. El uso de mascarillas es muy superior a otros sitios de España... Lo del aislamiento geográfico que apuntan algunos yo no lo veo. Hay provincias más aisladas con tres o cuatro veces más casos que nosotros.

-Para lo que habrá que esperar aún es para la vacuna, ¿verdad?

-Ahí no hay que correr. La seguridad es muy importante, no solo la rapidez. No se debe prometer a nadie que va a estar disponible en muy corto plazo, porque eso es engañar.

-¿Y mientras tanto?

-Es complejo. No tenemos vacuna, quimioterápicos, tratamientos específicos, quimioprofilaxis... No tenemos nada más que la atención y la organización de nuestro sistema asistencial, que ya es mucho. Tenemos una gran cantidad de profesionales y dispositivos que en Asturias jamás se vieron colapsados. Con la capacidad de organización que tenemos creo que somos capaces de solventar esta situación. Tenemos que evitar muertes y tenemos que seguir ganando tiempo mientras nos llega una vacuna, un tratamiento para los casos más graves.

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