Los contagios detectados por los rastreadores en Asturias caen un 40% en la tercera ola

El pico de la tercera ola se alcanzó en Asturias la última semana de enero, cuyos efecto, en la incidencia acumulada a 14 días (IA 14), todavía se dejó sentir durante la primera semana de febrero. Por aquel entonces, esta IA 14 superaba los 650 casos por cada cien mil habitantes. Para hacerse una idea, ahora la región se mantiene por debajo de los 180 a pesar de que el objetivo marcado por el ministerio es llegar a los 50 cuanto antes.

En ese pico, la notificación de contagios diarios rondaba los 500. Aquí es donde entran en juego los rastreadores y la capacidad para registrar casos. Para ello, el Principado utiliza la herramienta Go.Data, desarrollada por la OMS, cuyo principal objetivo es el seguimiento de contactos estrechos de un caso. Esta estrategia se considera clave para la detección precoz y clave en la investigación de brotes. En aquellas fechas, en las que Salud notificaba esos 500 casos diarios, solo en Go.Data se puede ver cómo prácticamente la mitad de los mismos se registraban tras haber tenido un contacto estrecho con un positivo. Si tomamos por ejemplo una de las peores jornadas de este 2021, el 26 de enero, solo ese día en Go.Data figuran 544 de los 613 casos notificados. Ese día 239 fueron detectados a partir de esa labor de rastreo.

Estas cifras, elevadas, han caído más de un 40% durante las últimas semanas. Rara vez superan los 80 casos por contacto estrecho con un positivo. Este cálculo es objetivo, según los datos que proporciona la herramienta. Las razones sí son matizables. Por un lado, los contagios diarios se han reducido, aunque con una tendencia irregular, durante las últimas semanas. No obstante, y aunque el rastreo sigue suponiendo una de los ejes fundamentales en el seguimiento de la covid, el 14 de marzo solo se registraron 14 de los 104 casos por esta vía. El otro factor radica en el hecho de que el Sespa decidiese prescindir de 70 puestos de rastreadores ante, según afirmaron, «una mejora de la situación epidemiológica». Ahora son 130 por los 200 efectivos de meses atrás. En todo caso, desde Salud se aseguró que, ante un nuevo repunte, se reforzaría esta plantilla.

Pero el mayor problema, interrelacionado con todo lo anterior está siendo el propio obstáculo que se están encontrando los rastreadores. En muchos casos están teniendo que realizar más de cinco intentos -llamadas telefónicas- para convocar a un contacto estrecho a la realización de una PCR; y eso en el mejor de los casos, porque en otros ni siquiera se está consiguiendo cerrar la cita. A la inversa, el número de personas que llaman al teléfono habilitado por el Principado para comunicar el contacto con un positivo, apenar representa el 1%, según los datos que maneja la Consejería de Salud. En este punto, cabe recordar que existe otra herramienta, la aplicación Radar Covid para la notificación de casos. En el caso de Asturias, solo un caso positivo se ha confirmado a través de esta vía en toda la pandemia.

Pero, volviendo a los datos que ofrece la herramienta de rastreo, si en vez de fijarnos en las cifras diarias, que pueden llevar a cierta distorsión, se observa la evolución de los casos registrados por semanas, se ve claramente cómo se han pasado de superar la barrera de los 3.000 en las primeras semanas de febrero, a no llegar a los 1.000 en el equivalente del mes de marzo.

Todas estas cifras tienen una traducción inmediata en los porcentajes de trazabilidad. Este indicador es clave para que un municipio salte de nivel de alerta. La trazabilidad es el porcentaje de casos detectados de los que se conoce el origen y los que se han detectado a partir de un contacto con otro positivo. El mínimo se establece en el 75%. Asturias se viene manteniendo, a nivel global, por encima de estos porcentajes. E incluso ha conseguido superar hace una semana la barrera del 80%, que es el listón donde se coloca la llamada nueva normalidad.