Gijón, Oviedo y Avilés logran reducir sus contagios

Quedan pocos días para que se cumpla un mes desde la entrada en vigor del sistema de cierre por concejos en Asturias, el denominado 4+. Aunque el primer municipio confinado fue Grado, el 12 de enero, el método para el conjunto de la región se puso en marcha el 19, con el aislamiento de Avilés, Castrillón y Corvera. Desde entonces, la Consejería de Salud ha ido decretando diferentes bloqueos por la geografía asturiana, algunos con restricciones más severas como el cerrojazo total de la hostelería. Si se toma como referencia el máximo de propagación del virus desde que comenzó el cierre en cada uno de los municipios afectados, la incidencia ha caído un 38,5% de media.

Los epidemiólogos han señalado en reiteradas ocasiones que hay que esperar dos o tres semanas para empezar a notar el efecto de este tipo de medidas. Pongamos el caso de Avilés, uno de los territorios más golpeados por la covid. El 19 de enero, primera jornada de su cierre, su incidencia acumulada de 14 días estaba en 519 casos por 100.000 habitantes. La curva de contagios no dejó de subir durante las dos siguientes semanas, hasta alcanzar, el pasado día 2, una incidencia de 1.158. Pero a partir de entonces se inició un descenso y este miércoles mostraba una tasa de 755 casos. Una cifra todavía muy elevada, pero un 34,8% menor a la del pico de la semana pasada.

El fenómeno es muy parecido en dos municipios colindantes. Así, Castrillón inauguró su aislamiento con una incidencia de 799, que repuntó hasta una cima de 1.215 el 27 de enero, para luego caer hasta los 563 del miércoles. Es decir, un descenso del 53%. Una reducción similar, del 50%, se ha dado en Corvera, cuya tasa el día 1 de febrero ascendía a 1.710 y una semana después baja a 855.

Hay que tener en cuenta que no todos los concejos llevan cerrados el mismo tiempo. Por eso aún es pronto, por ejemplo, para valorar el caso de Laviana, aislado este lunes día 8. Pero sí se ha comprobado un importante desplome en algunas zonas que ha llevado a las autoridades a levantar las restricciones. Por ejemplo, en Noreña, que desde esta medianoche dejará de estar en nivel 4+. Si bien su incidencia escalaba hasta los 1.061 casos el 23 de enero, día de su cierre, el miércoles se ubicaba en 289, lo que implica un bajón de más del 72%. La Consejería de Salud subrayó ayer que allí no hay brotes y «la transmisión comunitaria es baja».

Lo mismo ha sucedido con Llanes, que este jueves disfrutó de su primera jornada fuera del nivel 4+ tras dos semanas de aislamiento. Allí el virus alcanzaba una incidencia acumulada de 1.076 casos el 27 de enero, y el miércoles era de 191, lo que representa un desplome vertiginoso, del 82,2%.

El único lugar con una caída mayor es Grado: un 91,9%. Es la variación porcentual entre su peor momento, registrado el 18 de enero (incidencia de 2.422) hasta los 194 de hace dos días. No obstante, su cierre acaba de prorrogarse y durará al menos hasta el día 22.

Otros municipios aún no presentan descensos tan acusados. Por ejemplo, Gijón, donde la situación mejora de forma más lenta: si el pasado día 3 registraba una incidencia de 577, el miércoles era de 495. Es decir, una caída del 14,2%.

Parecido es el caso de Gozón, con una reducción del 9,6%: de 706 casos (3 de febrero) a 638 del miércoles. La incidencia en Oviedo ha caído un 32% entre su máximo del día 2 (614 casos) y los 417 de hace dos jornadas.